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Nuestras vidas no son más que la suma de múltiples contingencias, y no importa cuán diversas puedan ser en sus detalles, todas comparten una aleatoriedad esencial en su diseño: esto es eso, y debido a eso, esto.
Paul Auster
Un hombre debe vivir el presente y ¿qué importa quién eras la semana pasada, si sabes quién eres hoy?
Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a sí mismo.
Ante una realidad extraordinaria, la conciencia toma el lugar de la imaginación.
La verdadera vida tiene lugar en nuestro interior.
El que confía en imbéciles, termina comportándose como un imbécil.
¿Qué mejor retrato de un escritor que mostrar a un hombre que ha quedado embrujado por los libros?
Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión.
¿Y lo bonito de leer no es acaso el silencio que te rodea cuando te sumerges en la historia, el eco de la voz del autor resonando en tu interior hasta excluir todos los demás sonidos?
Probablemente no exista mayor logro humano que merecer amor al final.
Escribir una comedia ayuda a poner las cosas en perspectiva. El mundo ha ido de tragedia en tragedia, de horror en horror, pero los seres humanos seguimos existiendo, enamorándonos y hallando alegría en la vida.
Cuando la fe desaparece, cuando comprendes que ni siquiera te queda la esperanza de recuperar la esperanza, entonces tiendes a llenar los espacios vacíos con sueños, pequeña fantasías y cuentos infantiles que te ayuden a sobrevivir.
No es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago.
Lo que es importante para mí son los niños pequeños, y lo desesperados que están por oír historias, que les cuenten cuentos todo el rato. Algunos de esos cuentos son muy violentos, y pensamos que eso no es para niños. Pero sí lo es, porque estos cuentos nos dicen que se traten sus miedos, pero de una manera segura.
Se admira a alguien por lo que hace, por lo que es, por cómo se las arregla para andar por el mundo.
El truco consiste en no decir nada sobre uno mismo de la forma más elegante y sinuosa posible, para hacer reír a la otra persona, para mostrarse ingenioso.
El hambre es una maldición que acecha cada día y el estómago es un abismo sin fondo, un agujero tan grande como el mundo.
Solo debes elegir por esposa a la mujer que escogerías como amigo, si fuera hombre.
El miedo a la muerte, que en el fondo no es probablemente distinto de decir: miedo a vivir.
Cuando acabo un libro, nunca me siento demasiado satisfecho. Pero responde a lo que quería hacer, una vez que conseguí entenderlo, para bien o para mal.
Necesitamos desesperadamente que nos cuenten historias. Tanto como el comer, porque nos ayudan a organizar la realidad e iluminan el caos de nuestras vidas.
Hablar verdaderamente con alguien es abrazarlo, y en cuanto cruzamos las primeras palabras tuve la sensación de que habíamos empezado a hacer el amor.
Así es el mundo: un paso después de otro, una palabra y luego la siguiente.
No hay una sola realidad, cabo. Existen múltiples realidades. No hay un único mundo. Sino muchos mundos, y todos discurren en paralelo... Cada mundo es la creación de un individuo.
Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas.
En el mundo real nos ocurren cosas que se parecen a la ficción. Y si la ficción resulta real, entonces quizá debamos reconsiderar nuestra definición de realidad.
Un lenguaje de piedras, ya que sabe que a lo largo de la vida una piedra dará lugar a otra piedra para construir una pared y sabe que todas esas piedras edificarán la abrumadora suma de detalles.
Cuando a un hombre la vida le resulta tolerable sólo si permanece en la superficie de sí mismo, es natural que se sienta satisfecho obteniendo esa misma superficie de los demás. Tiene que responder a pocas demandas y no necesita comprometerse.
Un momento después me sentí lleno de dudas, y al instante siguiente empecé a dudar de aquellas dudas.
No creo en Dios, lo que no quiere decir que no considere la religión un aspecto culturalmente fundamental de la existencia. Mi familia pertenecía a esa generación de judíos que se acercaron a la religión después de la guerra con una actitud que revelaba un paradójico sufrimiento del Holocausto, muchos sintieron la necesidad de acercarse a sus raíces.
Yo creo que hay decisiones que nunca habría que verse forzado a tomar, elecciones que dejan una carga demasiado grande en la conciencia.
Nada dura, ni siquiera los pensamientos dentro de ti. Y no debes perder tu tiempo buscándolos. Una vez que una cosa se ha ido, es el final.
El mundo del libro toma vida, bulle de posibilidades, de secretos y contradicciones.