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Y si eso significaba que Denna no era completamente mía, ¿qué? Yo siempre sería la persona a la que ella podía acudir sin temor a recriminaciones ni preguntas. Así que no intentaba conquistarla y me contentaba con jugar una hermosa partida. Pero siempre había una parte de mí que deseaba algo más.
Patrick Rothfuss
Tenía defectos, pero ¿qué importa eso cuando se trata de asuntos del corazón? Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego.
El sufrimiento puede afectar gravemente al corazón, y que las pasiones conducen a hombres buenos al delirio.
Las palabras tienen que encontrar la mente de un hombre si pretenden llegar a su corazón, y la mente de algunos hombres es lamentablemente pequeña. La música llega al corazón por pequeña o acérrima que sea la mente de quien la escucha.
Hasta el mejor de los perros muerde cuando se cansa de que lo maltraten.
Adelgacé y mi aspectofísico empeoró. Dormía bajo la lluvia o bajo el sol, sobre la blanda hierba, sobre la húmeda tierra o sobre las piedras con una indiferencia que solo el sufrimiento puede proporcionar.
La sabiduría excluye la audacia.
¿Qué siente uno cuando sabe adónde va?
Por favor, Rian, ¿puedes cruzar las piernas? Hemme formuló ese requerimiento con tanta seriedad que no se oyó ni la más leve risita. Rian, desconcertada, cruzó las piernas. - Ahora que las puertas del infierno están cerradas -dijo Hemme con su tono normal, más brusco-, ya podemos empezar.
Porque si bien vuestros labios quizá hablen el mismo idioma, vuestros corazones no.
Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Siempre. Continuamente. Esa historia es lo que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia.
A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La excelencia es la única compañera de la excelencia. Si no hubiera decidido ya tocar "La balada de sir Savien Traliard" por puro rencor, esas actuaciones me habrían convencido.
Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.
Es el vicio de mirar atrás. Puedes pasarte la vida mirando hacia atrás, pero no sirve de nada.
¡Bárbaros! -dijo enjugándose las lágrimas-. Se me había olvidado lo atrasados que sois. Mi reypoeta también era así. Tardó muchísimo en comprender la verdad: que existe una gran diferencia entre el pene y el corazón.
El amor más insensato es el amor más verdadero.
Su sonrisa podía parar el corazón de un hombre.
No hay nada en el mundo más difícil que convencer a alguien de una verdad desconocida.
No piensas en mí como yo en ti. No me importa. Pero si también tienes frío, podrías acercarte y rodearme con los brazos. Solo un poco. Con un nudo en la garganta, me acerqué, me senté a su lado y la abracé. - Qué bien -dijo ella, más relajada-. Es como si hasta ahora siempre hubiera tenido frío.
Solo los sacerdotes y los locos no le tienen miedo a nada, y yo nunca me he llevado muy bien con Dios.
En otoño todo está cansado y más dispuesto a morir.
Me alegra comprobar que no soy el único que tiene problemas para describirla con palabras.
Cualquier cosa que una a dos personas es íntima. Una conversación, un beso, un susurro. Hasta pelear es íntimo. Pero nosotros no somos extraños respecto al sexo. No nos avergonzamos de él. No creemos que sea importante quedarnos el sexo de otra persona para nosotros solos, como un avaro que acumula oro.
A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
Si pretendes imponerle tu voluntad al mundo, debes controlar tu capacidad de creer.
¿Qué serías capaz de ofrecerme que valga el precio de mis recuerdos?
Un árbol no provoca una tormenta, pero cualquier idiota sabe dónde va a caer el rayo.
En todos nosotros hay una mente que utilizamos para todos nuestros actos conscientes. Pero también hay otra mente, una mente dormida. Es tan poderosa que la mente dormida de un niño de ocho años puede lograr en un segundo lo que las mentes despiertas de siete miembros del Arcano no han logrado en quince minutos.
Música suena diferente para el que la interpreta. Es la maldición de los músicos.
Las cosas se ven más fácilmente desde los bordes. El peligro despierta la mente dormida. Hace que veamos claras algunas cosas.
La poesía es una canción sin música -dije con altivez-. Y una canción sin música es como un cuerpo sin alma.
Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque solo dure un minuto, o un día.
Solo un necio se preocupa por lo que no puede controlar.
De modo que esa es la diferencia entre contar una historia y estar dentro de una historia -pensó como atontado-: el miedo.
La opción más sencilla parecía pedirle prestado dinero a algún amigo, pero valoraba demasiado a mi puñado de amigos como para arriesgarme a perderlos por dinero. Como decía mi padre: Hay dos formas infalibles de perder a un amigo: una es pedirle dinero prestado, y la otra, prestárselo.
Entonces se derrumbó. Y aunque no había allí nadie que pudiera verlo, se tapó la cara con las manos y lloró en silencio, y una oleada tras otra de profundos y silenciosos sollozos sacudieron su cuerpo.
Era como una piedra rara que coges del suelo, llevas un rato y al final vuelves a tirar al darte cuenta de que, pese a su apariencia interesante, no es más que un trozo de tierra duro.
La música siempre ha sido el mejor remedio para mis bajones de ánimo.
Hay otras calles que son peligrosas como perros rabiosos, y por muy prudente que seas, en ellas nunca estás a salvo.