Imágenes
Amo el trozo de tierra que tú eres, porque de las praderas planetarias otra estrella no tengo. Tú repites la multiplicación del universo.
Pablo Neruda
Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena.
Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?.
En un beso, sabrás todo lo que he callado.
He dormido contigo y al despertar tu boca salida de tu sueño me dio el sabor de tierra, de agua marina, de algas, del fondo de tu vida, y recibí tu beso mojado por la aurora como si me llegara del mar que nos rodea.
No hay más destino que el que nos haremos a pura sangre, a mano.
Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo.
¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más.
Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Sube a nacer conmigo, hermano.
Sembremos la llanura antes de arar la loma.
¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana?
Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí tenía que salir el destino.
El agua anda descalza por las calles mojadas.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Debajo de tu piel vive la luna.
Sí, corazón, lo sé, lo sé, y se sabe: es a vida, es a muerte este destino.
Nos acercamos al cielo en veloces cohetes y no acercamos nuestras manos en la fraternidad humana.
Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!
Para nacer he nacido, para encerrar el paso de cuanto se aproxima, de cuanto a mi pecho golpea como un nuevo corazón tembloroso.
De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
El poeta no puede temer del pueblo.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Pero la poesía no ha muerto, tiene las siete vidas del gato. La molestan, la arrastran por la calle, la escupen y la befan, la limitan para ahogarla, la destierran, la encarcelan, le dan cuatro tiros y sale de todos estos episodios con la cara lavada y una sonrisa de arroz.
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Me pareció que la vida me hacía una advertencia y me enseñaba para siempre una lección: la lección del honor escondido, de la fraternidad que no conocemos, de la belleza que florece en la oscuridad.
Pero no amo tus pies sino porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron.
Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí.
Creo que el hombre debe vivir en su propio país y creo que el desarraigo es para el ser humano una frustración que, de una u otra manera, atrofia la claridad de su espíritu.
¿Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca.
Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma.
Quien sabes me pregunto si un dia, mirando en los ojos de quien te tendrà despues de mi, tu buscaràs algo que me partenece.