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Escoged un material cualquiera, sí, un material cualquiera; no obstante, un material cualquiera determina la biología del poeta, la diagnostica; escoged un material cualquiera, como quien escoge estrellas entre gusanos...
Pablo de Rokha
Porque sin ti no hubiera descubierto como una jarra de agua en el desierto la mina antigua de mi poesía.
Voy pisando cadáveres de amantes y viejas tumbas llenas de pasado, cubierto con cabello horripilante del gran sepulcro universal tragado.
Montaña de versos, brazada de sueños ardiendo, tú sobre mi sexo.
Sólo contra la luna, dificulto que haya un varón en los antiguos cultos con un cacho de heridas más bonitas.
Bueno es que el hombre aguante, le digo, así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando, y le pego un puntapié en las costillas...
Tienes el corazón poblado de cigarras, y un parecido a muertas vihuelas desveladas, gran melancólica.
Canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda y porque sí; moriría si no cantase, moriría si no cantase...
Mi condición de león domesticado tiene un rumor lacustre de colmenas y un ladrido de océano quemado.
¡Por Dios que eres golosa, por Dios!... Oh! volcancito, que desnudándote, tiemblas y ríes, ríes, lloras, ríes gimiendo enloquecida de amores.
Pero se trabaja exactamente con barro y con sueño...
El canto, como el genio, ha de crear atmósfera, temperatura, medida del universo, ambiente, luz, que irradie de soles personales.
Medio a medio de la poesía, Tú, lo mismo que el sexo, medio a medio.
Ejemplo de mujer casada, niña de octubre y mariposa, mi corazón se está incendiando a tus pies.
Contigo el pánico florece y las tristezas dan frutos dulces.
Voy como los perros mojados a la siga de tu recuerdo, sujetándome las palabras.
Gemido de animal feroz enamorado, este cantar de cantares es la eterna canción, la eterna canción que nos enseñó alguien en los primeros tiempos y aún cantamos...
Quiero ser simultáneamente sombra y luz, raíz, hoja y fruto, y condensar inmensamente toda la vida en un minuto.
Sólo que la alegría de la golondrina depende de la primera gota de agua...
Soy tuyo entero, encadéname con sollozos y alimenta con besos golosos al animal feroz que elegiste por amo.
Al poema, como al candado, es menester echarle llave; al poema, como a la flor, o a la mujer, o a la ciudad, que es la entrada del hombre; al poema, como al sexo, o al cielo.
Porque el silencio es tan infinito tan espantoso y grande como un grito que cae degollado desde lo alto.
Con tu recuerdo, al hombro, mi rol específico, y como andando solo, en ti me identifico, fundo con tus cenizas una religión nueva.
... y donde hay un motor encendido y gigante; y donde hay una fábrica estupenda y gloriosa, y donde hay un palacio de cemento y de sangre o una gran muchedumbre de huelguistas con hambre, vosotros veis a una princesa que llora.
Si el agua es simple y el pan bueno, mi corazón es pan y agua.
Hacer arte es hacer lenguaje, amados míos, lenguaje extraño, trunco, espantoso, deforme, dinámico, flexible y claro como un río para aquellos que tienen la luz puesta en sí mismos.
Desengañada te crees y tus días son cuentos para niños.
El canto, como el sueño, ha de estar cruzado de larvas.
¡Ay! querida, el tiempo se ha parado como un águila en tu memoria.
Posiblemente quepa todo el mar en tus ojos y quepa todo el sol en tu actitud de acuario.
Voy caminando, caminando musicalmente y mis actos son himnos, cánticos naturales, completamente naturales.
Voy edificando canciones a la manera que grandes ciudades extranjeras...