Imágenes
Estarás triste si te hallas solo.
Ovidio
El cultivo de los amantes hace renacer el amor.
Pierde el tiempo al antojo de tu amada.
La hermosura, bien frágil.
Desear la muerte es propio de cobardes.
Es natural en un hombre pobre el contar su rebaño.
Irás con más seguridad por el término medio.
No uses el mismo estilo con mujeres de diferentes edades: la cierva cargada de años ve desde lejos los lazos peligrosos. Si pareces muy avisado a las novicias y atrevido a las gazmoñas, unas y otras desconfiarán de ti, poniéndose a la defensiva.
El dulce reposo no sólo da vigor al cuerpo, sino también al espíritu, pero el trabajo abrumador va corroyendo las fuerzas de uno y otro.
Quien es consciente de lo recto se ríe de las mentiras de la fama.
Muy frágil es la belleza.
La casualidad es siempre actual; ten siempre echado tu anzuelo. En el remanso donde menos los esperes estará tu pez.
Nada hay más fuerte que el hábito.
Otorguen o rehusen, las mujeres se complacen en ser solicitadas.
Sed paciente y duro; algún día este dolor te será útil.
Un placer sin riesgos nos complace menos.
Para agradar debes olvidarte de ti mismo.
Dondequiera que miro no veo otra cosa que reminiscencias de la muerte.
Huyo de lo que me sigue; voy detrás de lo que huye de mí.
Repútase casta a aquella a quien nadie requirió de amores.
En los campos ajenos, la cosecha siempre es más abundante.
Para ser amado, sé amable.
La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia.
Lo lícito no me es grato; lo prohibido excita mi deseo.
La noche es más triste que el día.
Nacemos con lágrimas, entre lágrimas transcurre nuestra vida y con lágrimas cerramos nuestro último día.
Todo amante es un soldado en guerra.
Las leyes están para que el poderoso no pueda todo.
Nada es más útil al hombre que aquellas artes que no tienen ninguna utilidad.
La fortuna y el amor son amigos del audaz.
El placer más seguro es el menos placentero.
Lo que ahora es razón fue pasión antes.
Soporta y persiste; el dolor presente ha de serte de provecho en mejor ocasión.
Cuerdo es aquel que puede fingir cordura.
Es casta la que nadie requirió.
El tiempo corre, y silenciosamente envejecemos, mientras los días huyen sin que ningún freno los detenga.
A una inteligencia pervertida, cualquier cosa la corrompe.
Vive sin envidia y sin desear más que tranquilidad gozosa muchos años, en amistad con tus iguales.
Las acciones humanas no engañan nunca a los dioses.
Un rostro silencioso con frecuencia expresa más que las palabras.