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Se hace ligera la carga que se sabe llevar bien.
Ovidio
Todo género de vida, sin descansos alternativos, no es duradero.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
El vulgo estima a los amigos por las ventajas que pueden obtenerse de ellos.
El egoísta tiene su corazón en la cabeza.
Así corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quedas.
No se desea lo que no se conoce.
Siempre tendremos con fuerza a lo prohibido, y deseamos lo que se nos niega.
El amor, al igual que la tos, no puede ocultarse.
Compra lo necesario, no lo conveniente.
Socorrer al caído es acción digna de reyes.
Aquí soy extranjero porque nadie me entiende.
Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.
El regalo tiene la categoría de quien lo hace.
El amor furtivo es tan agradable para una mujer como para el varón: el varón no sabe disimularlo, pero ella lo desea más escondidamente.
Bárbaros, ¿por qué debemos llamarlos así?. ¿No son ellos los que han inventado la pólvora?
Mucho amor germina en la casualidad; tened siempre dispuesto el anzuelo, y en el sitio que menos lo esperáis encontraréis pesca.
Las mujeres lo negaran o lo aceptaran, pero lo que siempre quieren es que se lo pidamos.
El placer puro no existe: siempre va acompañado de alguna inquietud.
¡Pobre de mí! El amor no se cura con hierbas.
El amor a la patria es más patente que la razón misma.
La envidia asesta sus tiros a las cosas más grandes.
Es mejor negar una cosa que dar falsas esperanzas.
El tiempo devora las cosas.
Las causas están ocultas. Los efectos son visibles para todos.
A los hombres les va bien un aspecto descuidado.
La belleza atrae al amor.
No os entreguéis por demasiado tiempo a la cólera; una cólera prolongada engendra el odio.
¿Qué es el sueño sino la imagen fría de la muerte?
La excesiva grandeza debe siempre infundir terror.
Por el camino del medio irás siempre muy seguro.
A un autor le complace siempre su propia obra.
Una mala causa empeora cuando se pretende defenderla.
Veo lo que es bueno y lo apruebo; pero hago lo peor.
Mientras seas feliz tendrás muchos amigos, Pero si el tiempo se te hace adverso, te verás solo.
Tanto las que acceden como las que rehúsan, gustan de ser solicitadas.
Las leyes yacen vencidas bajo la espada guerrera.
Antes de morir y recibir sepultura, nadie puede recibir el calificativo de dichoso.
Cosa regia es, créeme, socorrer a los desgraciados.
O lo intentas, o lo haces.