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Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.
Oscar Wilde
Sé tu mismo, los demás puestos ya están ocupados.
Los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo. Se pueden sentar a sus anchas y ver la función con la boca abierta. Aunque no sepan nada de triunfar, se ahorran al menos los desengaños de la derrota.
Los ideales son peligrosos. La realidad hiere, pero es mejor.
El pecado es la única nota viva de color que subsiste en el mundo moderno.
Pero de cuando en cuando una personalidad compleja ocupaba su sitio y asumía las funciones del arte, y era, de hecho, a su manera, una verdadera obra de arte, porque, al igual que la poesía, la escultura o la pintura, la vida cuenta con refinadas obras maestras.
El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.
Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria.
Las religiones mueren cuando se demuestra que son verdaderas. La ciencia es el archivo de las religiones muertas.
El público es maravillosamente tolerante. Todo lo perdona menos el genio.
El fin de la existencia del hombre no es otro que llegar a un alto grado de organización.
Cuando el público dice que una obra es oscura en exceso, quiere decir que el artista ha dicho o hecho algo hermoso y, además, original; cuando describe una obra como obscena en exceso, quiere decir que el artista ha dicho o hecho algo hermoso y, además, verdadero.
Sólo las personas hueras son las que no juzgan por las apariencias.
En la lucha feroz por la existencia queremos tener algo que dure, y nos llenamos la cabeza de basura y de datos,
No hay ni libros morales ni libros inmorales. No hay más que libros bien escritos o mal escritos. Eso es todo.
Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable.
La belleza tiene tantas significaciones cuantas disposiciones diversas presenta el hombre. La belleza es el símbolo de los símbolos. La belleza revela todo, porque no expresa nada. Cuando se nos muestra, nos muestra los varios matices del mundo.
Los solteros ricos deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros.
Si ser distinto es un crimen yo mismo me colocaré las cadenas.
La sociedad perdona a veces al criminal, pero no perdona nunca al soñador.
Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.
La mejor base para un matrimonio feliz es la mutua incomprensión.
Logro resistirlo todo, salvo la tentación.
Tiraríamos muchas cosas, si no tuviéramos miedo de que otros las recogieran.
Los hombres llegan a ser viejos, pero nunca llegan a ser buenos.
El dandismo es la declaración de la absoluta modernidad en la belleza.
Vivimos en una sociedad que sabe muy bien el precio de todo, pero no conoce el valor de nada.
En Inglaterra, un hombre que no puede hablar de moral dos veces por semana a un gran auditorio popular e inmoral no tiene nada que hacer como político serio.
Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.
Podría simular una pasión que no sintiera, pero no podría simular una que me arrasara como el fuego.
Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tienen tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de las demás!
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
El futuro no envía heraldos.
La fatalidad de los buenos propósitos es que siempre llegan tarde.
Los hombres aspiran siempre al primer amor de las mujeres. Tal es su vanidad, poco exquisita por cierto. Nosotras, las mujeres, poseemos un instinto más sutil de la realidad. Lo que nosotras apetecemos es ser el último amor de un hombre.
El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo.
Todos matamos a aquellos que amamos. ¡Que todos lo sepan! Unos lo hacen con una mirada dura, otros pon una lisonjera palabra; el cobarde con un beso, el valiente con una espada.
Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.
Un tonto nunca se repone de un éxito.
La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su vida, una imitación; sus pasiones, una cita.