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En los días que corren la gente sabe el precio de todo y el valor de nada.
Oscar Wilde
La única cosa capaz de sostenerle a uno en la vida es el considerar la inmensa inferioridad de todos los demás; y éste es el sentimiento que yo he cultivado siempre.
Todos matan lo que aman: el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada.
Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
Cuanto más analizamos a la gente, más se desvanece la razón de todo análisis. Tarde o temprano se llega a esa espantosa cosa universal a la que llamamos naturaleza humana.
Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.
Experiencia es el nombre que todos dan a sus propios errores.
Sólo perduran las cualidades superficiales. La naturaleza interior del hombre siempre es sacada a la luz.
Cuando hay demasiada libertad nunca hay bastante.
Puedo resistir todo en la vida, excepto la tentación.
El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa.
Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.
Las mujeres han sido siempre protestas pintorescas contra la simple existencia del sentido común.
La finalidad del embustero consiste simplemente en agradar, deleitar, proporcionarnos un placer; es la base misma de la sociedad civilizada.
El crítico es el que puede traducir de un modo distinto o con un nuevo procedimiento su impresión ante las cosas bellas.
Uno debe ser siempre un poco improbable.
Si no podéis disfrutar leyendo un libro repetidas veces, de nada sirve leerlo una sola vez.
Como mala persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas.
La verdad raramente es pura y nunca simple.
Siempre existe una fatalidad en las buenas resoluciones. Siempre son tomadas demasiado pronto.
En el momento en que alguien se sienta a pensar, todo él se convierte en nariz o en frente o en algo espantoso.
Con la libertad, las flores, los libros y la Luna, ¿quién no sería perfectamente feliz?
Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas.
Un corazón, no asienta bien con la ropa moderna.
La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
La naturaleza del romanticismo es la incertidumbre.
Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
La humanidad se toma a sí misma demasiado en serio. Este y no otro es el pecado original.
No me gusta la fuerza bruta, pero la razón bruta es totalmente insoportable. No está bien utilizarla. Es como golpear por debajo del intelecto.
¡Ah, la felicidad depende de cosas tan pequeñas...!
Hay tres clases de déspota: el que tiraniza el cuerpo, el que tiraniza el espíritu y el que tiraniza el cuerpo y el espíritu a la vez. Al primero se le llama Príncipe; al segundo, Papa y al tercero, Pueblo.
El pasado podría aniquilarse. Siempre las penas o el olvido pueden hacerlo. Pero el porvenir es inevitable.
Ella se conduce como si fuera hermosa.
Desconfia de una mujer que dice su verdadera edad, una mujer asi es capaz de todo.
No hay influencia buena; toda influencia es inmoral, inmoral desde el punto de vista científico. Influir sobre una persona es transmitirle nuestra propia alma.
-Sí; así es como se llama. No tenía intención de decírtelo. -Pero, ¿por qué no? -No te lo puedo explicar. Cuando alguien me gusta muchísimo nunca le digo su nombre a nadie. Es como entregar una parte de esa persona.
Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.
La experiencia no tiene valor ético, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores. Demuestra que el futuro será idéntico al pasado.
¡Los buenos modales antes que la moral!
La realidad es que los éxitos se los llevan los fuertes y el fracaso los débiles, y eso es todo.