Imágenes
Se puede, mentir con la boca, pero la expresión que acompaña a las palabras dice la verdad.
Oliver Sacks
Para bien o para mal, soy un narrador. Sospecho que esta afición a las historias, a la narrativa, es una inclinación humana universal, que tiene que ver con el hecho de poseer un lenguaje, una conciencia del yo, y una memoria autobiográfica.
Para mí aquello era un ejemplo de cómo los motivos inconscientes a veces se alían con las propensiones fisiológicas, de cómo no se puede abstraer una dolencia o su tratamiento de la totalidad, del contexto, de la economía de la vida de una persona.
Si un hombre ha perdido una pierna o un ojo, sabe que ha perdido una pierna o un ojo; pero si ha perdido el yo, si se ha perdido a sí mismo, no puede saberlo, porque no está allí ya para saberlo.
También he de recordar que el sexo es una de esas cosas -como la religión y la política- capaces de despertarsentimientos intensos e irracionales en personas por lo demás decentes y racionales.
Tengo la impresión de ir descubriendo mis pensamientos mediante el acto de escribir, durante la escritura propiamente dicha.
Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida... Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella, no somos nada...
Cuando el científico habla de un sujeto, nunca se refiere a sí mismo, sino siempre a su vecino; probablemente a su vecino más pobre.
Recordar es siempre reconstruir, no reproducir.
En el fondo de la mente de todo artista hay una especie de modelo o estilo arquitectónico.
¿Qué era más trágico o quién estaba más condenado: el que lo sabía o el que no lo sabía?
Hay defectos, enfermedades y trastornos que pueden desempeñar un papel paradójico, revelando capacidades, desarrollos, evoluciones, formas de vida latentes, que podrían no ser vistos nunca, o ni siquiera imaginados en ausencia de aquéllos.
Ansiamos unas vacaciones de nuestros lóbulos frontales.
Y, en su sentido más amplio, el darwinismo neural implica que estamos destinados, nos guste o no, a una vida de singularidad y autodesarrollo, a crear nuestros propios caminos individuales a través de la vida.
El individuo necesita esa narración, una narración interior continua, para mantener su identidad, su yo.