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Tengo tan sólo una vida, y la vida nada es sino una medida del tiempo.
Og Mandino
La felicidad es un perfume que no puedes verter en los demás sin dejar caer unas gotas sobre ti mismo.
Disfruta cada hora de este día porque nunca volverán.
Haz algo ahora, porque ahora es todo lo que tienes.
Reconoceré la recompensa porque constituye mi pago; pero también daré acogida a los obstáculos porque constituyen para mí un desafío.
La verdadera riqueza está en el corazón, no en la cartera.
Si siento depresión, cantaré. Si siento tristeza, reiré. Si me siento enfermo duplicaré mi trabajo. Si siento miedo seguiré adelante. Si me siento pobre pensaré en la riqueza. Si me siento insignificante recordaré mis metas.
Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber perseverar.
Los hombres no fracasan, renuncian a seguir intentándolo.
Siempre da un mejor servicio de lo que se espera de ti, no importa la tarea que sea.
La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un mercachifle en el mercado.
La vida es como una rueda del parque: un rato baja a la tristeza y otro baja a la alegría.
Hoy seré el maestro de mis emociones.
La gente siempre responde positivamente a la alegría y el entusiasmo.
Ponga su singularidad en exhibición para el mercado.
No es necesario que seas rico o famoso o un genio para cumplir tu propio destino, todo lo que tienes que hacer es utilizar tus facultades lo mejor que puedas.
Todos tenemos un poder especial: la facultad de elegir.
Un espía que se parece a la imagen que todos tienen de él, es un fracaso.
La riqueza nunca debería ser tu meta en la vida. La verdadera riqueza esta en el corazón, no en la cartera.
Al igual que el amor es mi arma para abrir los corazones de los hombres, el amor es también mi escudo para repeler las flechas de odio y las lanzas de ira.
Atesora el amor que recibes sobre todo. Sobrevivirá mucho después de que tu buena salud se haya desvanecido.
El fracaso nunca me superará si mi determinación para triunfar es lo suficientemente fuerte.
Persistiré hasta alcanzar el éxito.
Da la bienvenida a cada mañana con una sonrisa. Mira cada nuevo día como otro regalo especial de tu creador, otra oportunidad de oro.
Primero hacemos nuestros hábitos y luego nuestros hábitos nos hacen a nosotros.
La insistencia sistemática e inteligente es la llave del éxito.
Las personas más brillantes son las que han pasado por la prueba y no se han derretido en el crisol de la tribulación.
La persona que sabe una cosa y la hace mejor que nadie, incluso si es el arte de plantar lentejas, recibe la corona que merece. Si reúne su energía para ese fin, es un benefactor de la humanidad y será recompensado como tal.
Amaré la luz porque me muestra el camino, aunque resistiré la oscuridad porque me muestra las estrellas.
Débil es el que permite que sus pensamientos controlen sus acciones; fuerte es el que fuerza que sus acciones controlen sus pensamientos.
Da siempre lo mejor de ti. Lo que plantes ahora, lo cosecharás más tarde.
El mañana solo se encuentra en el calendario de los necios.
Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi alma.
Mis sueños no tienen valor, mis planes son polvo, mis metas son imposibles. No tienen valor si no son seguidos por acciones.
Busca siempre la semilla del triunfo en cada adversidad.
Recordaré que una persona es tanto más pequeña cuanto más pequeñas son las cosas que la hacen disgustarse y andar triste.
Cada fracaso para vender aumentará tus probabilidades de tener éxito en tu próximo intento.
Muchos de nosotros tenemos que caer primero en los pozos más sombríos de la desesperación antes de aprender a apreciar la visión de una sola estrella en el firmamento.
Hay que practicar el arte de la paciencia, porque en la naturaleza nada se hace apresuradamente.
No escuches a los que lloran y se quejan porque su enfermedad es contagiosa.
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