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No creas en el Maestro que te enseña teorias sobre la mente, el cuerpo y el espíritu; cree en el Maestro que a través de sus manifestaciones permanentes de vida te demuestra que la mente, el alma y el espíritu existen.
Norys Uribe Santana
No creas en el Maestro que te enseña que hay que creer en la luz y que tiene la luz; cree en el Maestro que sin decirte que tiene la luz y que hay que creer en ella, con su silencio, su reflexión y su paz de cuerpo, te manifiesta que la luz existe y, por lo tanto, hay que creer en ella.
Crecer es saber que a cada instante se está aprendiendo algo.
Recordar es bueno cuando trae experiencia y conocimiento. No olvides que la experiencia es reflexión, la reflexión es armonía y la armonía es la felicidad misma.
El equilibrio se logra cuando las cosas las haces en el momento preciso. En ese instante, los excesos no existen, los impulsos del externo desaparecen y por tanto no se actúa con el sentir humano sino con el sentir del espíritu... El equilibrio lo logras siendo tu misma.
La impaciencia entorpece el pensamiento y lo transforma en impulso. La paciencia es inteligencia, por lo tanto es equilibrio y armonía del espíritu.
Uno se reprocha muchas cosas y cree que la libertad está en malgastar la vida y maltratar el cuerpo, y no se da cuenta que es la manera de castigarse porque está inconforme con lo que hace.
Viva el instante y deje que las cosas se vayan dando. Sólo el ahora y el aquí deben tener validez, porque cuando pensamos en el futuro nos llenamos de miedos y angustias.
Hay personas que piensan que viven en la oscuridad y con sus vivencias manifiestan que existe la luz; muchos otros creen vivir en la luz y con sus manifestaciones nos demuestran que la oscuridad existe.
No creas en el Maestro que dice que te está enseñando; cree en el Maestro que sin enseñarte te hace cambiar viendo su modo de vivir.
La vida tiene el color y el sabor que uno quiere. La vida es una gota de rocío cristalina y hermosa o es una tormenta llena de angustia y confusión.
No seas como el caminante del desierto que sólo deja una huella; el conocimiento se alcanza con el tiempo y unas cuantas lunas.
A veces pensamos que hemos escogido el camino correcto y cuando observamos que no es así, no somos capaces de parar y volver al camino. ¿Sabes por qué? Por los egos y el orgullo. Es muy dificil aceptar una equivocación. Además la mayoría de los seres nos dejamos engañar por nuestros pensamientos que se transforman en deseos de alcanzar lo que no tenemos o de estar en otro lugar.
La debilidad del alma se manifiesta cuando para vivir necesitas saber quién fuiste y a qué viniste; cuando el vivir, es ser tú mismo.
El perdonar es liberación; el perdón es pertenencia de cada ser y hay que liberarlo, no con la mente sino con la expansión de la conciencia, con el sentimiento del espíritu, si realmente deseas perdonar.