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El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
Noel Clarasó
El caso es llegar a ser todo lo que somos capaces de ser según nuestra individualidad. El hombre es un ser limitado y ha de resignarse a esta limitación.
Sólo puede ser independiente el hombre que se basta a sí mismo y que sabe vivir solo.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal.
Es un error vivir el presente como si sólo fuera el prefacio de la bella novela del porvenir. El presente se ha de usar y gozar.
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacemos de los otros cuando hablan.
Nadie tiene un problema que no haya sido antes, en otra ocasión parecida, resuelto por otro.
Haz siempre lo posible para mantener entre subordinados o compañeros el espíritu de equipo. La colaboración es necesaria y es bueno conseguir que todos los que participan en ella se den cuenta de que colaboran.
Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.
No te retires jamás. De lo que sea impropio de tu edad, sí. De la vida activa, no. El hombre que se retira antes de tiempo, se suicida.
Sólo hay un modo seguro de dar una vez en el clavo, y es dar ciento en la herradura. Algunos tienen la buena estrella de dar en el clavo la primera vez. Hay que perseverar en el intento.
Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre.
Contemplar cómo los demás trabajan es una manera muy sana de amar el trabajo.
Sólo un buen amigo es capaz de comprender que su presencia puede llegar a molestarnos.
Rechaza enérgicamente toda sombra de melancolía. Nunca es más apropiada la palabra "sombra". Sí, la melancolía es una sombra que nos impide gozar de una luz y del calor del sol.
Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes.
En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.
Morir por la patria es una gloria; pero son más útiles los que saben hacer morir por la patria a los soldados enemigos.
La amistad supone sacrificios y sólo el que está dispuesto a hacerlos sin molestia comprende la amistad.
El hombre ha de acertar siempre. La vida no es muy larga y raras veces da dos oportunidades parecidas a la misma persona. Todo lo que hacemos desde la mañana a la noche ha de ser acertado.
Los errores fortalecen, a condición de no dejarse abatir por ellos, y enseñan lo que no se ha de hacer otra vez, lo que se ha de evitar.
Algo habrá de malo en la riqueza cuando a todo el mundo le da vergüenza confesar que la tiene.
Sueña al soñar; pero, al obrar, afirma los pies en el suelo. Y, con todo, nunca conviene entretener sueños desproporcionados e irrealizables.
De muchas ideas nuestras no nos habríamos enterado jamás, si no hubiésemos sostenido largas conversaciones con los otros.
La costumbre de ver el buen lado de cada cosa vale una fortuna. Todas las cosas tienen un lado bueno y otro malo y si sólo consideramos lo malo, nos parecerá que estamos en un mundo insoportable.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
El novio cree que su novia gusta más a los otros de lo que les gusta en realidad; el marido cree que su mujer gusta menos a los otros de lo que les gusta en realidad.
Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.
Todas las profesiones son envidiables; lo único pesado es ejercerlas.
Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes.
El buen marido ama el hogar, como los buenos marinos aman el mar: a pesar de las tormentas.
La felicidad no existe, es cierto; pero hay tantos sustitutivos, que no vale la pena romperse la cabeza buscando la felicidad.
No se comprende como las mujeres no triunfan todas, no teniendo en casa, como no tienen, a ninguna mujer que se lo impida.
Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser elegido uno.