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Calculemos el valor de nuestra posición por el gran número de desgraciados que la envidiarían, si nos conocieran. Este cálculo nos evita muchas lamentaciones inútiles.
Noel Clarasó
Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.
Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.
Crearnos en cada una de muestras actuaciones en la vida un amigo: no un enemigo. No es difícil tratar como es debido a los iguales. Pero no basta; también ante los superiores y los inferiores hemos de intentar ganar un amigo cuando tengamos ocasión.
Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.
Aprende a amar la soledad; pero acepta siempre con gusto las interrupciones. El amor a la soledad es propio de todas las vidas triunfadoras.
El hombre sólo puede hacer dos cosas duraderas con la mujer: o discutir o casarse con ella. Este es un gran argumento a favor de la discusión.
Media humanidad se ríe de la otra media, pero unos tienen gracia y los otros no.
El amor es ciego, pero los vecinos no.
Ejerce autoridad. Que tu presencia suponga siempre autoridad. Para conseguirlo has de tener perfecto dominio de ti mismo.
Da a los otros aquello que de ti les gusta: lo demás, guárdalo.
El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla.
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca.
Cumplir y terminar todo el trabajo del día de hoy es el mejor modo de preparar y cuidar el día de mañana.
Cuando hayas hecho y conseguido muchas cosas dedícate únicamente a una, y esta hazla muy bien. Esta es la preocupación final más noble de todo triunfador.
Es muy difícil saber todo lo que hace falta, y mucho más difícil ignorar todo lo que hace falta ignorar.
He aquí un gran argumento a favor del matrimonio: los que se arrepienten de haberse casado nunca son más que los que se casan.
La mujer de otro, si nos gusta, tiene una ventaja: que ya es de otro. Y si no nos gusta, esta ventaja aparece mucho más clara.
Todo viejo amor es un recuerdo agradable mientras no interviene la persona que lo inspiró.
El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
Nadie sabrá mandar si no aprende a obedecer antes; ni será buen jefe si no sabe servirse a sí mismo. El buen jefe ha de poder realizar un trabajo mejor que el de los subordinados.
Dondequiera se puede vivir bien, pues vivir bien consiste en una absoluta adaptación nuestra al medio.
La felicidad se parece a las corbatas; cada uno escoge el color de la suya.
La respuesta suave calma la ira, así como el aceite calma las olas. Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena es una de las empresas más difíciles de este mundo.
La cortesía es, ante todo, un buen negocio. Y que se ha de tener, sino en atención a los demás, por puro egoísmo.
La conciencia es como un huésped pesado que grita siempre, pero con el que, salvo en algunos casos gravísimos, uno termina por entenderse.
Empieza por no tratarte con tus vecinos. Siempre es tiempo de hacer una excepción.
La vida no nos debe nada. Tal vez, si no tenemos presente esta pequeña verdad, nos conduciremos como si la vida nos pagara una deuda atrasada.
En el juego es muy importante saber perder, pero es mucho más importante saber hacer perder a los otros.
Hay un impulso fundamental en el mundo: el deseo de parecer importante.
Jamás te niegues a aceptar el premio de tu trabajo. El que se niega es más vanidoso que el que acepta; sabe que así dará más que hablar.
No dejes al tiempo el trabajo de hacer mañana aquello que tú mismo puedes hacer hoy.
Embellece tu vida con pensamientos y con palabras. Trata tú mismo de descubrir cuáles han de ser los pensamientos que te embellezcan la vista y que, al convertirse en palabras, ofrezcan esta belleza a otros.
Dar es el verbo más corto de la primera conjugación, y no dar es el más barato.
El hombre que hace la felicidad de una mujer es un hombre ejemplar; y el que hace la felicidad de tres mujeres a la vez, un caso perdido.
A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y viven en dos islas distintas.
Hay mucha gente que cuando ha de hacer algo, hace algo; aunque no sea exactamente lo que ha de hacer.
El único matrimonio que siempre hace feliz al hombre es el de sus hijos.
La medicina es el arte de disputar los hombres a la muerte de hoy, para cedérselos en mejor estado, un poco más tarde.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.