Imágenes
Estoy solo en esta tarde silenciosa y sólo pienso en ti, en ti.
Nikolái Gumiliov
Ella es luz en las horas inciertas, sostén cuando todo parece perdido.
Quizás yo no sea más que una canción inventándote en las noches insomnes.
El mar agita sus crines plateadas y los desiertos y las ciudades se levantan.
De igual manera, siglo tras siglo, Bajo el escalpelo de la naturaleza y el arte, grita nuestro espíritu, desfallece la carne, originando el órgano del sexto sentido.
Ella es luz en las horas inciertas sostén cuando todo parece perdido y sus sueños exactos son como sombras sobre la arena ardiente del paraíso.
Tomo un libro y te descubro en cada página, vago en ti ebrio y perturbado.
Y todos los océanos, todas las montañas, los arcángeles, la gente, las flores, todo se refleja en tus ojos.
Es extraño pensar que en el mundo pueda haber algo mejor que tú.
Entonces me pareciste tan deseada como un país fantástico, un territorio promisorio en vino, entusiasmos y canciones.
El instante vuela incontenible, y aunque nos esforcemos estamos condenados a pasar sin detenernos.
Hemos olvidado que de todas las zozobras humanas sólo la palabra se encuentra iluminada.
Así toda la vida; errancias, cantos, mares, desiertos, ciudades, reflejos fugaces de todo lo perdido para siempre.
Los hombres le hemos impuesto fronteras, límites indigentes y pobres y cual abejas, las palabras muertas huelen mal.
Una voz femenina en el teléfono se escucha inesperada y audaz. Cuánta dulce armonía hay en esa voz sin cuerpo.