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Un soneto perfecto vale por un largo poema.
Nicolás Boileau
Ama a quien te aconseje, no a quien te elogie.
Quien no sabe concentrarse, nunca sabrá escribir.
Sin dominio del idioma, el autor más sublime es siempre un mal escritor, haga lo que hiciere.
Evitad lo vulgar en todo lo que escribáis. Cada estilo, por poco noble que sea, tiene su nobleza. El descarado género burlesco logró, en un principio y a expensas del buen sentido, engañar la vista y atraer por su novedad.
El tiempo huye y nos arrastra consigo. Este momento en que yo hablo se ha ido.
Prefiero la ignorancia a un saber afectado.
Es poco ser poeta: hay que estar enamorado.
Sé para ti mismo un crítico severo.
La sabiduría es una tranquilidad del alma que por nada puede ser turbada y que ningún deseo inflama.
Haceos con amigos dispuestos a censuraros.
Apreciad al que os aconseja y no al que os alaba.
Antes que escribir, aprended a pensar.
Cada edad tiene sus placeres, su razón y sus costumbres.
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
El honor es una isla escarpada y sin riberas: El que ha caido de ella, no puede volver a subir.
La pesada carga de no tener nada que hacer.
La ignorancia se halla siempre bien dispuesta a admirarse.
Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir.
Amad pues la Razón: tan sólo en ella han de buscar vuestros escritos su brillo y su valor. La mayoría de los escritores se deja arrastrar por un ardor insensato a buscar sus ideas lejos del sentido común. ¿Creerán tal vez rebajarse en sus versos monstruosos, si pensasen lo que otro ya pensó? Evitemos estos excesos y dejemos para Italia la deslumbrante locura de las falsas pedrerías.
En una palabra: para parecer un hombre honrado, lo que hace falta es serlo.
Nunca presentéis al espectador algo increíble. Lo verdadero, a veces, puede no ser verosímil. Lo maravilloso no tiene ningún encanto para mí, si es absurdo: el espíritu no se deja conmover por algo que no cree.
Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira.
El más sabio es quien siéndolo ignora que lo es.
¿Queréis el aprecio del público? No os canséis de dar variedad a la expresión. Si el estilo es demasiado regular y siempre uniforme, de nada sirve su brillo: nos adormecerá fatalmente.
No hay cosa más hermosa que la verdad y sólo ella es amable.
El autor virtuoso no corrompe el corazón con sus versos inocentes, aunque cosquillee los sentidos, porque su fuego no levanta llamas criminales. Amad, pues, la virtud, y alimentadla en vuestra alma. Por más que el espíritu esté lleno de noble vigor, el verso se resiente siempre de la bajeza del corazón.
La cólera es orgullosa y necesita palabras altaneras; el abatimiento se expresa con términos menos altivos.
El espíritu que se ha dejado envolver en una intriga, nunca se siente tan vivamente tocado, como al conocer de pronto la verdad de un secreto que lo cambia todo, y a todo confiere una faz imprevista.
Todo debe tender al buen sentido, pero el camino que lleva a él es resbaladizo y difícil de seguir: apartarse un poco es hundirse. Muchas veces, la Razón tiene sólo un sendero por donde avanzar.
Lo verdadero puede no ser a veces inverosímil.
La verdad nunca tiene el aspecto impetuoso.
Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera.
A menudo el temor de un mal nos lleva a caer en otro peor.
El más sabio es aquel que ni por lo más remoto piensa serlo.
Quien se contenta con nada lo posee todo.