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Todo pasa, menos la adúltera. En los bares y en los velatorios, en la esquina y en las farmacias, hay siempre alguien hablando de las señoras que traicionan a sus maridos. El amor exitoso no interesa a nadie.
Nelson Rodrigues
Se debe leer poco y releer mucho. Hay unos pocos libros totales, tres o cuatro, que nos salvan o que nos pierden. Y, sin embargo, el lector se desgasta, se desvanece en miles de libros más áridos de que tres desiertos.
La más tonta de las virtudes es la edad. ¿Qué significa tener quince, diecisiete, dieciocho o veinte años? Hay capullos, hay imbéciles, hay santos, hay genios de todas las edades.
Nosotros, de la prensa, somos unos criminales del adjetivo. Con la más eufórica de las irresponsabilidades les llamamos "ilustre", "insigne", "formidable" a cualquier don nadie.
Sólo los profetas ven lo obvio.
El hombre sólo es feliz a través de lo superfluo. En el comunismo, sólo se tiene lo esencial. ¡Qué cosa abominable y ridícula!
Cualquier individuo es más importante que la Vía Láctea.
Llegó a las redacciones la noticia de mi muerte. Y los buenos compañeros intentaran redactar la noticia. Si es verdad lo que de mí dijeron las necrológicas, con la generosa abundancia de todas las necrológicas, soy de hecho un buen individuo.
El artista tiene que ser genio para algunos e imbécil para otros. Si pudiera ser imbécil para todos, mejor todavía.
Toda la unanimidad es tonta.
Otro día oí un padre decir, radiante: '¡He visto píldoras anticoncepcionales en el bolso de mi hija de doce años!' Estaba satisfecho, con el ojo rútilo. ¡Mire usted que subnormal!
Lo importante es el matrimonio.
El gran abucheo es mil veces más fuerte, más poderoso, más noble que la gran apoteosis. Los admiradores corrompen.
El hombre no ha nacido para ser grande. Un mínimo de grandeza ya lo deshumaniza. Por ejemplo: un ministro. No es nada, dirán. Pero el hecho de ser ministro ya le entorpece. Es como si tuviera algodón por dentro, y no entrañas vivas.
Toda mujer bella lleva en sí, como una lesión del alma, el resentimiento. Es una resentida contra si misma.
La cama es un mueble metafísico.
Sólo creo en las personas que aún se sonrojan.
La fidelidad debería ser facultativa.
Así como hay una calle Voluntarios de la Patria, podría haber otra que se llamara, inversamente, calle Traidores de la Patria.
El oyente sólo es respetuoso cuando no está entendiendo nada.
En nuestro siglo, el "gran hombre" puede ser, al mismo tiempo, una buen imbécil.
Amar es ser fiel a quien nos traiciona.
El ser humano es ciego para sus propios defectos. Jamás un villano del cine mudo se ha proclamado villano. Tampoco el idiota se denomina idiota. Los defectos existen dentro de nosotros, activos y militantes, pero inconfesos. Jamás he visto un individuo subir al escenario y anunciar, de rostro erguido: 'Señoras y señores, soy un canalla.
El 'buen hombre' es un cadáver mal informado.
O la mujer es fría o muerde. Sin dentada no hay amor posible.
La bondad brasileña se está deteriorando. De quince en quince minutos, aumenta el desgaste de nuestra delicadeza.
La compañía de un paulista es la peor forma de soledad.
Todo amor es eterno. Y si acaba, no era amor.
Todas las mujeres deberían tener catorce años.
Brasil es muy impopular en Brasil.
Ser el más grande del mundo en cualquier cosa, aunque sea en escupido en distancia, implica una grave, pesada y sofocante responsabilidad.
Hay en la azafata la nostalgia de quien va a morir pronto. Fíjense en cómo ve las cosas con la dulzura de una última mirada.
El joven tiene todos los defectos del adulto y uno más: el de la inmadurez.
El matrimonio es el máximo de soledad con la mínima privacidad.
Hasta 1919, la mujer que iba al ginecólogo se sentía, ella misma, una adúltera.
En la mujer interesante, la belleza es secundaria, irrelevante y así mismo, indeseable. La belleza interesa en los primeros quince días; y muere enseguida, en un insoportable aburrimiento visual. Seria necesario que alguien fuese, de mujer en mujer, anunciando: - Ser linda no interesa. Se interesante!
El bar es resonante como una concha marina. Todas las voces brasileñas pasan por allí.
Hoy es muy difícil no ser canalla. Todas las presiones trabajan para nuestro envilecimiento personal y colectivo.
A toda mujer le gusta ser pegada.