Imágenes
¿Sabes porque deje de ser delicia hermano mío? Yo sí. Hay cosas que no están en tu libro. Hay caminos fuera de este jardín. Harías bien en recordarlo.
Neil Gaiman
En mi primera infancia llevaba faldas y tenía el pelo largo y rizado -respondió con tono de duda-. Pero, ahora que lo pregunta, me parece que un día me quitaron las faldas, me pusieron pantalones y me cortaron el pelo.
Los gatos no tenemos nombre. ¿No? - dudó Coraline. No -corroboró el gato-. Vosotros, las personas, tenéis nombres porque no sabéis quiénes sois. Nosotros sabemos quiénes somos, por eso no necesitamos nombres.
No podría volver a ser un ángel... La inocencia, una ver perdida, no se puede recuperar.
La gente prefiere olvidar lo imposible; les hace la vida más fácil.
¿Sabes de qué están hechos los sueños? ¿Hechos? Sólo son sueños. No. No lo son. La gente cree que no son reales porque no son materia, partículas. Son reales. Están hechos de puntos de vista, imágenes, recuerdos, juegos de palabras y esperanzas perdidas...
La ingratitud de una hija es más punzante que el diente de un reptil -afirmó-. Pero el amor puede doblegar al espíritu más altivo.
Las palabras significan lo que nosotros queramos.
Porque, cuando haces algo a pesar del miedo que sientes -respondió ella-, necesitas tener mucho valor.
Creo que el mundo entero se ha vuelto loco. No. Siempre ha sido así. Probablemente sea que no sales demasiado por ahí.
Durante unos momentos se sintió totalmente desplazada: no sabía dónde estaba, ni siquiera sabía con certeza quién era. Es asombroso el hecho de que una gran parte de nosotros siga inmersa en sueños cuando nos despertamos cada mañana y lo frágil que es ese momento.
Lo único en lo que tenemos que creer es en nuestros sentidos, herramientas que utilizamos para percibir el mundo: vista, tacto, memoria. Si nos mienten, no podemos confiar en nada. Aunque no creamos, no podemos viajar en otra dirección que no sea la que nos marcan nuestros sentidos y debemos llegar hasta el final.
Los nombres son lo primero que desaparece cuando se extingue el aliento y el corazón deja de latir. Los recuerdos permanecen en nosotros más que los nombres.
Son dioses que han sido olvidados y que ahora bien podrían estar muertos. Tan sólo se pueden encontrar en dramas históricos. Han desparecido, todos, pero sus nombres e imágenes siguen con nosotros.
No tengo intención de quererte -repuso Coraline-. Hagas lo que hagas, no puedes obligarme a quererte.
Nunca se ha librado una guerra en la que los contrincantes supieran a qué bando pertenecían. Los peligrosos de verdad creen que están haciendo lo que sea que estén haciendo tan sólo porque tienen una confianza ciega en lo que hacen. Y eso es lo que les convierte es peligrosos.
Lo que debes recordar es que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda, cara y cruz. -¿No se puede tener una moneda de dos cruces? -No.
Suspiró y después sonrió con la misma sonrisa que, sin importar cuántas veces la viese, siempre le robaba el corazón. Cada vez que sonreía volvía a ser la primera vez.
Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo. ¿Qué serás tú, soñador? La Esperanza.
Nosotros..., en fin, podríamos ser amigos, ¿no crees? - añadió. También podríamos ser raros ejemplares de una exótica raza de elefantes africanos bailarines -respondió el gato-. Pero no lo somos. Por lo menos -continuó con tono rencoroso, tras clavar una breve mirada en Coraline-, yo no.
Atravesó un cementerio de tractores amarillos, orugas y máquinas de arrastre. Se preguntaba si éste era el lugar al que iban a morir los tractores.
Pídele a tu madre que te prepare un gran tazón de chocolate bien caliente y que luego te dé gran abrazo. No hay nada como el chocolate caliente y un abrazo para espantar las pesadillas.
Pero ¿cómo es posible alejarse de algo y regresar al mismo tiempo? - Resulta fácil. Piensa en alguien que da la vuelta al mundo: parte alejándose de un lugar y al final regresa a él. - Entonces, éste es un mundo pequeño - apuntó Coraline. - Para ella es suficiente -afirmó el gato-. Las telarañas simplemente deben tener el tamaño adecuado para atrapar moscas.
Es privilegio de los bufones decir verdades que todos callan.
Tienes lo mismo que todo el mundo; toda una vida.
No es fácil de creer. - Yo me puedo creer cualquier cosa. No tienes ni idea de lo que me puedo llegar a creer.
Lo que decían le parecía absurdo, pero pensó que estarían inmersas en una discusión trasnochada y mil veces repetida, cómoda como un viejo sillón, de esas discusiones que ni se ganan ni se pierden, y que pueden durar eternamente si así lo desean ambas partes.
El amor toma rehenes. Se cuela dentro de ti. Te come por dentro y te deja llorando en la oscuridad, de tal manera que una frase tan simple como quizá deberíamos ser sólo amigos o qué receptivo se convierte en una esquirla de cristal abriéndose paso hasta nuestro corazón.