Imágenes
No confiando en la amistad de hombre alguno, no pudo reconocer a un enemigo cuando éste realmente se presentó.
Nathaniel Hawthorne
El contraste y la mezcla de tragedia con alegría es cosa de todos los días, de todas las horas, de cada momento.
Una verdad moral, expuesta con gracia y habilidad, brillando a cada paso y coronando el desenlace de una obra de fantasía, puede añadir, realmente, gloria artística al libro, pero no por ello es más verdad en la última página que en la primera.
La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro.
¡Maravillosa fuerza y generosidad de un corazón de mujer!
Porque no creo que pueda hacerse mayor ultraje a la naturaleza humana, cualesquiera que sean las faltas del individuo, como impedirle que oculte el rostro por un sentimiento de vergüenza, haciendo de esa imposibilidad la esencia del castigo.
No encuentro nada tan singular en la vida como el hecho de que todo parece perder su substancia en el instante en que uno va a tocarlo.
Los ángeles no se afanan, sino que dejan que el trabajo fluya de ellos.
Ningún hombre puede llevar por mucho tiempo, por decirlo así, dos rostros: uno en público y otro frente a frente de su conciencia, sin que al fin llegue a no saber cuál es el verdadero.
Para el hombre falso, el universo entero es falso, impalpable, y todo lo que palpa se convierte en nada. Y él mismo, mostrándose bajo un falso aspecto, se convierte en una sombra, o acaso cesa de existir.
La naturaleza humana, lo mismo que un árbol, no florecerá ni dará frutos si se planta y se vuelve a plantar durante una larga serie de generaciones en el mismo terreno ya cansado.
Es digno de notarse que las personas que se entregan a las más atrevidas especulaciones mentales, son con frecuencia también las que más tranquilamente se conforman a las leyes externas de la sociedad. El pensamiento les basta, sin que traten de convertirlo en acción.
El secreto es que he aprendido a hablar con las gallinas y los polluelos -repuso Phoebe, sonriendo.
La vergüenza, la desesperación, la soledad: tales habían sido sus maestras; rudas y severas pero que la habían hecho fuerte, aunque induciéndola al error.
Cuando una multitud ignorante trata de ver las cosas con sus propios ojos, o por su cuenta y riesgo, corre grave peligro de engañarse.
Pocas cosas hay tan feas en la naturaleza humana como esta tendencia a la crueldad, tan solo porque se tiene el poder de hacer daño que llegué entonces a notar en personas que después de todo no eran peores que sus vecinos.
Cada individuo tiene un puesto que ocupar en el mundo, y es muy importante si lo ocupa o lo deja vacante.
¿Qué haría un hombre, si se ve obligado a vivir siempre en el calor sofocante de la sociedad, y nunca podría bañarse en la fría soledad?
¿Qué calabozo es más oscuro que el propio corazón? ¿Qué carcelero es más inexorable que uno mismo?
Cada individuo tiene un lugar para llenar en el mundo, y es importante, en algún aspecto, si elige ocuparlo o no.
Una mano limpia y pura no necesita guante que la cubra.
Sabido es que los atributos más delicados son también los que más pronto desaparecen.
No es propio de la naturaleza humana el resolverse firme y plenamente ni por el bien ni por el mal, sino en el momento mismo de la ejecución.
Caricias, expresiones de una clase u otra, son necesarios para la vida de los afectos como las hojas son necesarias en la vida de un árbol.
Las caricias son tan necesarias para la vida de los sentimientos como las hojas para los árboles. Sin ellas, el amor muere por la raíz.
La castidad de una mujer consiste, como en las cebollas, en una serie de faldones.
Los hombres de pasiones frías tienen un ojo certero.
El amor, ya brote por vez primera, o surja de cenizas casi apagadas, siempre tiene que crear un rayo de sol que llena el corazón de esplendores tales, que se esparcen en todo el mundo interior.
Un artículo viejo, si se entrega con sonrisa amable, parecerá mejor que uno bueno entregado con el ceño fruncido.