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Hay cuatro cosas que anulan los decretos severos: la caridad, clamar a Dios, cambiarse el nombre y mejorar el comportamiento.
Najman de Breslev
Dado que Él me creó, ¡Él me quiere! ¡Él me ama!.
El orgullo subyace en la raíz de toda declinación espiritual. En verdad, no hay lugar alguno adonde uno pueda caer, pues Dios está en todas partes.
La esencia del Judaísmo es la simplicidad y la absoluta inocencia, sin ninguna clase de sofisticación.
Cierras la boca y los ojos, ¡y eres como la nada!
Sólo conociéndote a ti mismo podrás identificar y alcanzar tus objetivos más anhelados, ignorando a la vez lo que se encuentra más allá de ti o no es aplicable a tu vida.
Mantenerse despierto durante toda la noche libra a la persona de los juicios severos.
Sea cual fuere la situación, uno debe expresarse, no importa cómo y pedirle al Santo, bendito sea, que lo saque de la oscuridad, lo lleve hacia la luz y lo ayude a lograr la verdadera Teshuvá.
Lo más importante cuando uno recita los Salmos, es decirlos para sí mismo.
El pecado esencial de Adán y Eva fue el orgullo. La serpiente los sedujo con la envidia y el deseoegoísta.
Tzadikim, aquellas personas que han alcanzado el grado más elevado de espiritualidad y de percepción de Dios.
Nunca debemos atribuir ninguna forma física ni a Dios ni a los mundos espirituales.
La mente deja de existir. Uno se ha anulado completamente delante de Dios.
Usa de todas las artimañas que conozcas para mantenerte siempre alegre.
Hacerse como la nada, uno deja de existir, los ojos y la boca están cerrados.
El habla tiene un gran poder para despertar espiritualmente a una persona.
La conversación privada que la persona tiene con Dios se transforma, más tarde, en redención y salvación para sus hijos.
La hospitalidad es más grande que recibir a la Shejiná, la Presencia de Dios.