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Y aunque aceptar la protección de los poderosos a menudo significa también atraerse conflictos, ella jamás cometía el menor desliz de esa clase, pues no permitía que nadie a su servicio hiciera nada que pudiera disgustar a otros.
Murasaki Shikibu
- ¡Oh, vamos! -susurraron entre ellas-. Sigue siendo tan amante del amor como siempre...Ése parece ser su gran defecto. Se va a meter en líos.
Mientras espero que el pájaro cante, ¿Debo permanecer en el bosquecillo de Kataoka y sentir las gotas del rocío?
Cómo deseo poder preguntarte hacia dónde voló el ganso salvaje que abandonó la bandada.
No sabiendo dónde ponerme ni qué hacer, continúo existiendo a pesar del desánimo.
Mientras el cielo se oscurece y las olas se yerguen en un súbito chubasco, el bote en el lago flota enfermo a gusto.
Yo, que jamás supe lo que significaba el árbol de retama, ahora me asombro al descubrir que el camino a Sonohara me ha alejado mucho de mi ruta.
Pero es la fragilidad lo que da su encanto a la mujer. No me interesan las mujeres que insisten en valorar su inteligencia. Prefiero una que sea dócil, tal vez porque yo mismo no soy demasiado ingenioso ni estoy demasiado seguro de mí mismo...
Su elegante distinción era evidente. Flotaba en el aire una densa fragancia de incienso, y el frufrú de las sedas reflejaba una riqueza ostentosa, pues era aquélla una casa donde se prefería la exhibición de lo que estaba de moda al atractivo más profundo de un discreto buen gusto.
Envíame palabras a través de las ocas salvajes que vuelan al norte, tan seguido como ellas volando pasan nubes. Escríbeme constante.
Sopladas por tormentas en colinas distantes ni las transformantes hojas ni el rocío resisten siquiera por un momento.
Mientras observo los descendentes cielos nublados para siempre, ¿cómo es que ellos llueven lágrimas de amor?
Ningún arte ni aprendizaje se puede cultivar sin entusiasmo.
Según los criterios establecidos en la conversación de aquella noche, ella no poseía ninguna cualidad en un grado demasiado alto ni demasiado bajo, lo cual le llenaba de asombro y de un anhelo desesperado. El debate no tuvo ninguna conclusión, y acabó por caer en un deshilvanado chismorreo que los jóvenes mantuvieron hasta el amanecer.
El lugar se encontraba a cierta distancia de las montañas. Las flores de la ciudad ya habían desaparecido, puesto que era a finales del tercer mes, pero en las montañas los cerezos estaban en plena floración, y cuanto más se alejaba Genji, más encantadores resultaban los velos de bruma.
Cuando me marché, me ordenaste que no volviera jamás, y ahora que he vuelto, el recuerdo me entristece.
¿Por cuánto tiempo deberemos extrañar a aquellos que ya se han ido? El dolor de hoy es nuestro propio mañana.
¡Dicen que a veces uno se ahoga en el desengaño.
No dedico pensamientos a mi propia vida frágil y sin embargo sentir la mortalidad de los demás es de verdad una tristeza.
Es inútil. Dicen que a veces uno se ahoga en el desengaño; pues bien, ¡Resígnate tras haber saltado al abismo de mi afecto!