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Si nos bastase ser felices, la cosa sería facilísima; pero nosotros queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre imposible, porque creemos que los demás son bastante más felices de lo que son en realidad.
Montesquieu
Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas deliciosas.
La injusticia hecha a uno sólo es una amenaza dirigida a todos.
Pronto cansa la altanería de una mujer hermosa; nunca aburre la de una mujer buena.
La religión cristiana, que parece no tiene por objeto más que la felicidad de la otra vida, nos hace también dichosos en ésta.
Parece que nuestra vida aumenta cuando podemos ponerla en la memoria de los demás: Es una nueva vida que adquirimos y nos resulta preciosa.
Yo no me encuentro a mí mismo donde me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.
Votación a suertes: sistema democrático. Votación por elección: sistema de la aristocracia.
Es mil veces más fácil hacer el bien que hacerlo bien.
Cuando uno busca tan extremadamente los medios de hacerse temer, encuentra antes siempre el medio de hacerse odiar.
La cobardía es madre de la crueldad.
Nosotros los hombres alardeamos de ser más malos de lo que realmente somos.
Creo que los libros de que habla son muy buenos para España y no valdrán nada en países más ilustrados. En referencia a los libros de fray Benito Feijoo.
Siempre he observado que para triunfar en la vida hay que ser entendido, pero aparecer como tonto.
La ley deben ser como la muerte, que no exceptúa a nadie.
Gobernar una familia es casi tan difícil como gobernar todo un reino.
Cuando en un gobierno, al hablarse de cosa pública, cada uno dice ¿Qué me importa?, la cosa pública está perdida.
Un hombre no es desdichado a causa de la ambición, sino porque ésta lo devora.
La libertad, ese bien que hace gozar de los demás bienes.
La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado.
Mi libertad es el derecho de hacer lo que las leyes me permiten.
A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas.
La adversidad es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra.
El que teme padecer padece ya lo que teme.
Los mismos vicios pueden engendrar orgullo desmedido o humildad excesiva.
No hay tontería mayor y más común que la de amargarse por las tonterías del mundo.
Nunca he tenido una tristeza que una hora de lectura no haya conseguido disipar.
Dichosos los pueblos cuyos anales son aburridos.
La razón es una olla de dos asas: lo mismo puede cogerse por la derecha que por la izquierda.
Normalmente, aquellos que poseen un gran talento, son ingenuos.
Siempre he visto que para triunfar en el mundo es preciso parecer loco y ser prudente.
El divorcio es indispensable en las modernas civilizaciones.
Si los triangulos hicieran un dios, lo idearían con tres lados.
En el derecho público el acto de justicia más severo es la guerra, porque puede tener por efecto la destrucción de la sociedad.
Los que tienen poco negocio que atender son buenos charlatanes, los intelectuales y los ocupados hablan menos.
Me gustaría suprimir las pompas fúnebres. Hay que llorar cuando los hombres nacen y no cuando mueren.
Aquí un marido que ama a su mujer es un hombre que no tiene el mérito suficiente para hacerse amar por otra.
La mayoría de veces el éxito depende de saber cuánto se ha de tardar en lograrlo.
El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más cosas que los otros hombres y las ve mejor.