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La verdadera libertad consiste en poder hacer lo que hay que hacer.
Montesquieu
La ley natural es el principio y fuente de la civil; quien ignore la naturaleza, ignorará la política.
Cuando la muerte ha igualado las fortunas, las pompas fúnebres no deberían diferenciarlas.
Ante un hombre envidioso, alabo siempre a los que le hacen palidecer.
No he sufrido nunca una pena que una hora de lectura no me haya quitado.
La sociedad no son los hombres, sino la unión de los hombres.
¿Hay nada tan seguro, decidido, desdeñoso, contemplativo, grave, serio, como el asno?
Más Estados han perecido por la depravación de las costumbres que por la violación de las leyes.
Las leyes inútiles debilitan a las necesarias.
El principio del gobierno democrático es la virtud.
No hay tampoco libertad si la capacidad de juzgar no está separada de la capacidad legislativa y de la ejecutiva.
La guerra es un gran esfuerzo de todos hacia la paz.
Para juzgar cosas grandes y nobles es necesario poseer un alma otro tanto grande y noble.
El estudio ha sido para mí el principal remedio contra las preocupaciones de la vida; no habiendo tenido nunca un disgusto que no me haya pasado después de una hora de lectura.
Los malos ejemplos son más dañinos que los crímenes.
Los más desgraciados no son los que sufren las injusticias, sino los que las cometen.
Los países mejor cultivados no son los más fértiles sino los más libres.
Las cabezas de los hombres más grandes se achican cuando se reúnen, y allí donde hay más cuerdos es también donde hay menos cordura.
La amistad es un contrato por el cual nos obligamos a hacer pequeños favores a los demás para que los demás nos los hagan grandes.
No hay hombre a quien la fortuna no vaya a visitarlo alguna vez en la vida; pero cuando no lo halla dispuesto a recibirla, entra por la puerta y sale por la ventana.
Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo.
El lujo está siempre en proporción con el desnivel de las fortunas.
La corrupción raras veces comienza por el pueblo.
Si el hombre no deseara más que ser feliz, lo lograría con facilidad; pero quiere ser más feliz que los otros, y esto es ya muy difícil, porque cree que los otros son más felices de lo que realmente son.
La esperanza es una cadena que ata todos nuestros placeres.
Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.
No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia.
Lo único que necesita el despotismo es el miedo. La virtud no le hace ninguna falta y el honor sería peligroso.
La mayor parte de los hombres son capaces más bien de grandes acciones que de buenas acciones.
De todas mis penas me he consolado siempre con una hora de lectura.
Las personas que tienen poco que hacer son por lo común muy habladoras: cuanto más se piensa y obra, menos se habla.
El escritor es un insensato que, no contento con haber aburrido a los que han vivido con él, se obstina en atormentar a las generaciones venideras.
Los proyectos que necesitan de mucho tiempo para ser ejecutados no tienen éxito casi nunca.
Cuando hemos alcanzado una categoría, no debemos hacer nada que nos haga parecer inferiores a ella.
La verdad en un tiempo es un error en otro y viceversa.
La prueba más clara de sabiduría es una alegría continua.
Los países no están cultivados en razón de su fertilidad, sino en razón de su libertad.
Las repúblicas perecen por el lujo; las monarquías por la pobreza.
No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.
El talento es un don que Dios nos ha dado en secreto y que nosotros revelamos sin darnos cuenta.