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¡Qué delicia tener un marido por la noche a nuestro lado! Aunque no sea más que por el placer de tener alguien que te salude y te diga ¡Jesús!, cuando estornudas.
Molière
El cielo, es cierto, prohíbe algunas satisfacciones, pero en él hay comodidades.
Así va el mundo. Muchos adquieren opinión de doctos, no por lo que efectivamente saben, sino por el concepto que forma de ellos la ignorancia de los demás.
A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco.
El verdadero anfitrión es el que da la cena.
Una mirada, un suspiro, el silencio, son suficientes para explicar el amor.
Preciso es reconocer que el amor es un gran maestro.
Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien.
Las personas no están jamás tan cerca de la estupidez como cuando se creen sabias.
Encontrarse despreciado en el amor es un golpe en el orgullo, haz todo lo que puedas por olvidarlo, pero si no lo lograras, aparenta que lo has logrado.
La inocencia no suele ruborizarse.
El matrimonio es una cadena a la cual no se debe ligar a nadie violentamente.
Jamás se penetra por la fuerza en un corazón.
Se puede ser un buen hombre y hacer malos versos.
Como os explicaba, vuestro escrúpulo es fácil de destruir. Aquí estáis segura de un pleno secreto y el mal no consiste nunca sino en el escándalo que promueve. Sí; el escándalo del mundo es lo que produce la ofensa, y no es pecar, pecar a calladas.
Si esta es vuestra forma de amar, os ruego que me odiéis.
Las cosas no valen sino lo que se las hace valer.
Por muchas razones no es bueno que la mujer estudie y sepa tanto.
Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Sólo en sus acciones es que ellos difieren.
Soportamos las reprensiones, pero no sufrimos las burlas. Preferimos ser malos a ser ridículos.
El que no es amigo de toda la humanidad, no es amigo mío.
No me sorprendería si la gran regla fuera dar placer.
La felicidad ininterrumpida aburre: debe tener alternativas.
Cuanto más fuerte es el obstáculo, más grande es la gloria que podremos alcanzar al vencerlo.
Debe ser hermoso, no se entiende nada.
El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor.
Quien quiere ahogar a su perro dice que está rabioso.
¿De qué puede servirnos la riqueza, si no la logramos en la edad en que se disfruta de ella?
Los pueblos felices no tienen sociología, tienen costumbres, instituciones y leyes.
Es más civilizado morir según las reglas que curarse contra las reglas.
Los envidiosos morirán, pero la envidia es inmortal.
Todo lo que no es prosa es verso; y todo lo que no es verso es prosa.
Hay que instruir a la juventud riendo, reprender sus defectos con dulzura y no atemorizarla con el nombre de la virtud.
Las cosas sólo tienen el valor que les damos.
Muy poco segura es la posesión de un corazón al que se quiere retener a la fuerza.
Siempre se es engañado fácilmente por lo que se ama, y el amor propio nos inclina a engañarnos a nosotros mismos.
Las dudas son más crueles que la peor de las verdades.
Los vicios de moda pasan por virtudes.
Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
¡Oh perfecta criatura! No he podido veros sin admirar en vos al autor de la naturaleza y sentir mi corazón herido de ardiente amor hacia la más bella de las imágenes en que él se ha pintado.