Imágenes
Las mujeres siempre encuentran muchos más defectos en su propio hombre que en los demás.
Milan Kundera
Los errores personales no son causa de verguenza, lo que realmente humilla es que son vistos por todos.
No hay nada más pesado que la comprensión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.
Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo.
El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados.
El hombre desdichado busca un consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro.
La belleza es una chispa que arde cuando, a través de la distancia de los años, de repente se tocan dos edades. Que la belleza es una ruptura de la cronología y una rebelión contra el tiempo.
Sin sentimientos, la sexualidad se extiende como un desierto donde uno muere de tristeza.
La excitación es el fundamento del erotismo, su enigma más profundo, su palabra clave.
No se puede juzgar el espíritu de un siglo exclusivamente por sus ideas, sus conceptos teóricos, sin tomar en consideración el arte y particularmente la novela.
Desde que los hombres perdieron el temor a Dios, pasaron a temer a las cámaras.
La cirugía lleva el imperativo básico de la profesión médica hasta límites extremos, en los que lo humano entra en contacto con lo divino.
La persona que pierde su intimidad lo pierde todo. Y la persona que se priva de ella voluntariamente, es un monstruo.
El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia.
Es precisamente el débil quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacer daño al débil.
Allí donde habla el corazón, es de mala educación que la razón lo contradiga.
Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo.
El hombre sabe que no puede abarcar su universo con su sol y sus estrellas. Lo que le parece mucho más insoportable es estar condenado a dejar pasar de largo también al otro infinito, al cercano, al que está al alcance de la mano.
Pero aquel que no piensa en el cuerpo se convierte más fácilmente en su víctima.
Acepta la vida con todo lo que conlleva significa aceptar el imprevisto. Un hijo es la imprevisión pura.
Escribo por el placer de contradecir y por la felicidad de estar solo contra todos.
El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.
A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición. Por ejemplo esta extraña convicción de que todas las historias que en la vida ocurren tienen además un sentido, significan algo. Que la vida, con su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos devela gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver.
Es que hasta la alegría que produce la presencia del hombre a quien se ama se siente mejor a solas. Si la presencia fuera de el continua, sólo estaría presente en su constante transcurrir. Detenerla sólo es posible en los ratos de soledad.
No hay nada que pueda llenar tanto una persona, como los celos.
El hombre es un parásito de la vaca, así definiría probablemente un no-hombre al hombre en su zoología.
La añoranza no intensifica la actividad de la memoria, no suscita recuerdos, se basta a sí misma, a su propia emoción, absorbida como está por su propio sufrimiento.
Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje.
Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma?
Los recuerdos se van si dejan de evocarse una y otra vez en las conversaciones entre amigos.
El amor es el remedio contra todos los malos augurios.
Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza aun en los momentos de más profunda desesperación.
El espíritu de la novela es el espíritu de la complejidad.
... la felicidad es el deseo de repetir.
El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados, sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo; y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.
El erotismo es como el baile: una parte de la pareja siempre se encarga de manejar a la otra.
Todas las grandes novelas, las verdaderas novelas, son bisexuales.
La felicidad es el anhelo por la repetición.
Me atrevo a afirmar que no hay erotismo autentico sin el arte de la ambigüedad; cuando la ambigüedad es poderosa, más viva es la excitación.
El verdadero examen moral de la humanidad, su examen fundamental (que yace enterrado profundamente lejos de la vista) consiste en su actitud ante esos que están a su merced: los animales. Y en este sentido la humanidad ha sufrido una derrota. Una derrota tan fundamental que todas las demás provienen de ahí.