Imágenes
Y junto al espejo había un par de zapatitos sobre la mesa, unas miniaturas que hasta a una gamuza diminuta le habrían quedado chicos, además de unos guantes pequeñitos, un pañuelito de bolsillo, qué sé yo qué más, todo en completo desorden, y sin embargo todo en conjunto era una preciosidad. ¿Cuál era su secreto? Sí, de las mujeres, ¿cuál era su secreto?
Milán Füst
Porque ¿qué es la felicidad? Una pequeña claridad tras los brumosos laberintos llenos de incertidumbre. Algo de pureza tras la confusión.
Todo consiste en eso: cambios lúdicos; en vano buscamos algo detrás que nos dé mayor sosiego, una concepción planificada o un objetivo de mayor rango, porque detrás no hay nada.
No es bueno perseguir lo que ya pasó
¿Para qué nos sirve la felicidad? cuando tal vez no sea sino la mayor obsesión que nos habita.
Y sí alguien no es fiel, entonces ¿qué pasa? ¿La susodicha no puede ser ya ni cariñosa, ni bella, ya no se puede ni siquiera quererla? Sólo que vosotros también tendríais que tomar conciencia de esto, puesto que es la realidad. Que podamos amar a dos o más personas a la vez pues el ser humano es así.
¿Cómo se puede saber lo que una persona quiere y cuando lo quiere? ¿Cuándo ve como una falta de valor que no la bese y cuándo como una virtud supraterrenal?
Y no es que yo fuese un cínico, sino que me gusta la imparcialidad a la hora de examinar las cosas: en aquel momento aún era así. Jamás había pensado, por ejemplo, que el universo hubiera empezado a existir sólo por complacerme cuando yo llegué al mundo. Tampoco se me había ocurrido que a una mujer no le hubiese estado permitido vivir ningun tipo de vida hasta conocerme.
Ni siquiera se puede llegar al fondo de las cosas. Y le puedo dar las vueltas que quiera, no se puede vivir hasta el fondo, en su totalidad, porque esta vida es invivible y al parecer nosotros sólo rozamos su superficie, apenas su espuma.
Las cosas como son, nos ponemos a soñar encantados con la gente que apenas hemos conocido y con las vivencias que aún nos adeuda el destino.
Así es el ser humano. Comenzad a alabarlo y entonces ya podéis hacer con él lo que se os venga en gana, pues os lo habéis metido en el bolsillo.
En aquel entonces no entendía yo mi vida ¿En aquel entonces, digo? Hoy tampoco la entiendo demasiado, he de confesar.
Poco puede uno confiar en aquellos a quienes no se les ocurre tomar en serio los problemas de los demás.
Yo estaba intacto, no tenía ningún mal..., sin embargo algo no terminaba de cuadrar, como cuando el reloj de bolsillo funciona puntualmente y bien, sólo que a veces se produce un vacío en lugar de que haga tictac, esto es, en su mecanismo hay algo que se está descomoniendo...
El plan del mundo se basa en la crueldad, es una aventura muy simple, que a mí en particular no me atrae demasiado ni tampoco me interesa, no, estimado señor, porque no me interesa esa clase de armonística en la cual imperan los grandes principios sin prestar atención alguna al individuo.