Imágenes
El alma no tiene sentido, un ser infinito en sí no puede reconocer otro que le sea igual a su lado. Dios no puede reconocer el alma.
Mijaíl Bakunin
Con la libertad política y social se ha creado el libre pensamiento.
Él (Dios que prohibió a Adán y a Eva comer los frutos del árbol de la ciencia) quería, pues, que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, fuera por siempre una bestia eterna, en cuatro patas ante dios viviente, su creador y su amo.
Libertad sin socialismo es privilegio e injusticia; Socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad.
¿Cómo ha podido llegar a albergarse una cosa absolutamente inmaterial (el alma) en una cosa absolutamente material (el cuerpo)? He aquí una de esas cuestiones que solo la fe, esa afirmación apasionada y estúpida de lo absurdo, puede resolver. Es el más grande de los milagros.
En historia el nombre de dios es la terrible maza histórica con la cual todos los hombres divinamente inspirados, los grandes genios virtuosos han abatido la libertad, la dignidad, la razón y la prosperidad de los hombres.
Mi libertad, mi dignidad de hombre, mi derecho humano, que consisten en no obedecer a ningún otro hombre y en no determinar mis actos más que conforme a mis convicciones propias.
Si dios existiese no habría para él más que un sólo medio de servir a la libertad humana: dejar de existir.
Yo revierto la frase de Voltaire, y digo esto, si Dios realmente existiese, sería necesario abolirlo.
Una cosa es la doctrina de Cristo, apartada de todos los intereses de esta tierra, y otra cosa es esta misma doctrina practicada por la iglesia, brutalmente materialista desde que se empezó a constituir como potencia.
Hago un llamamiento a la destrucción de la idea de dios.
La única misión de la Ciencia es iluminar la ruta.
La libertad, la moralidad y la dignidad humana del individuo consisten precisamente en que haga el bien no porque esté forzado a hacerlo, sino porque libremente lo conciba, lo quiera y lo ame.
Dios aparece, el hombre se anula; y cuanto más grande se vuelve la divinidad, más miserable se vuelve la humanidad.
Reemplazar el culto a dios por el respeto y el amor a la humanidad. Nosotros proclamamos a la razón humana como único criterio de verdad. La conciencia humana como base de justicia; la libertad individual y colectiva como única fuente de orden en la sociedad.
La teología, que tiene por virtud ser absurda, y que cree en las cosas precisamente porque son absurdas, ha puesto por encima de las almas humanas inmortales y por consecuencia infinitas la infinitud superior, absoluta de dios.
El materialismo niega el libre arbitrio y llega a la constitución de la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad humana, proclama el libre arbitrio y sobre las ruinas de toda libertad, funda la autoridad.
Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean.
No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres.
La libertad se alcanza por el pleno goce de todas las facultades y potencias humanas para cada uno por la educación, por la instrucción científica y por la prosperidad material. Esto solo puede ser dado por el trabajo colectivo, material e intelectual, muscular y nervioso de la sociedad entera.
Amarás a dios más que a ti mismo y amarás a tu prójimo tanto como a ti mismo, lo que implica el sacrificio de sí mismo y del prójimo a dios. Pasar por el sacrificio de sí mismo puede ser calificado de locura; pero el sacrificio del prójimo es, desde el punto de vista humano, totalmente inmoral.
No se puede amar el servicio militar sin detestar al pueblo.
Si dios existe, el hombre es esclavo; ahora bien, el hombre puede y debe ser libre; por consiguiente dios no existe.
La idea de la creación es una idea completamente humana.
El cristianismo es la negación total del sentido común y la razón.
Los hombres ilustres piensan que las teorías idealistas, divinas, son esencialmente necesarias para la dignidad y la grandeza moral del hombre.
Un cristiano no es un hombre porque no respeta la dignidad humana en sí mismo, y por lo tanto no puede respetar al otro. Un cristiano no tiene derecho a llamarse hombre, porque el hombre no es realmente tal más que cuando respeta y cuando ama la humanidad y la libertad de todo el mundo, y cuando su libertad y su humanidad son respetadas, amadas, suscitadas y creadas por todo el mundo.
Esclavo de dios, el hombre debe serlo también de la iglesia y del estado, en tanto que este último es consagrado por la iglesia.
La libertad no es un hecho de aislamiento -como lo entienden los anacoretas-, sino de reflexión mutua, no de exclusión, sino al contrario, de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres libres, sus hermanos, sus iguales.
La gran desgracia es que una gran cantidad de leyes naturales ya constatadas por la Ciencia permanecen desconocidas por las masas populares, gracias a los cuidados de los gobiernos y de la iglesia.
Ninguna legislación tuvo otro fin que consolidar un sistema de despojo del pueblo trabajador por medio de la clase dominante.
Si Dios existiera habría que suprimirlo.
Todo estado, como toda teología, supone al hombre esencialmente perverso.
Amantes y envidiosos de la libertad humana, y considerándola como la condición absoluta de todo lo que adoramos y respetamos en la humanidad, doy vuelta la frase de Voltaire y digo: si dios existiese realmente, habría que hacerlo desaparecer.
Todas las religiones, con sus dioses, semidioses, profetas, mesías y santos son el producto del capricho y la credulidad del hombre quien no ha alcanzado todavía el desarrollo total y la personalidad completa de sus poderes intelectuales.
La pasión por la destrucción es también la pasión creativa.
No reconozco autoridad infalible. Una fe semejante sería fatal a mi razón, a mi libertad. Me transformaría inmediatamente en un esclavo estúpido y en un instrumento de la voluntad y de los intereses ajenos.
Tres principios fundamentales constituyen las condiciones esenciales de todo desenvolvimiento humano: 1) la animalidad humana -economía social-, 2) el pensamiento -la Ciencia-; y 3) la rebeldía -la libertad.
Cuando se plantean cuestiones indiscretas, que es incapaz de responder, porque el absurdo o se resuelve ni se explica, responde con esa terrible palabra, dios, lo absoluto misterioso, que al no ser nada ni significar nada, según ellos, lo resuelve todo.
La idea de dios implica la abdicación de la razón humana y de la justicia humana; es la negación mas decisiva de la libertad humana y lleva necesariamente a la esclavitud de los hombres, tanto en la teoría como en la práctica.