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A quien se le planta y siembra con la predicación, se le riega y vivifica con el bautismo y se le alimenta con la cena del Señor.
Miguel Servet
Lo divino ha bajado hasta lo humano, para que el humano pueda ascender hasta lo divino.
Dios nos dio la mente para que le reconozcamos a Él mismo.
No deben imponerse como verdades conceptos sobre los que existen dudas.
El otro nombre, el más santo por encima de todos, הוהי, puede interpretarse como sigue: 'el que hace ser', 'el que convierte en esencial', 'la causa de la existencia.
Si me hallas en error en un sólo punto, no debes por eso condenarme en todos.
En la Biblia no hay menciones a la Trinidad. Nosotros conocemos a Dios no por nuestras orgullosas concepciones filosóficas, sino a través de Cristo.
Hay un brillo del Sol y otro de la Luna; uno del fuego y otro del agua. Todos fueron dotados de luz por Cristo, arquitecto del mundo.
¡Oh, Cristo, Hijo de Dios eterno, salva mi anima! ¡El hacha! ¡El hacha!; la hoguera no!
Propio de la condición humana es la enfermedad de creer a los demás impostores e impíos, no a nosostros mismos, porque nadie reconoce sus propios errores...
En el cuerpo de Cristo se concilia, concurre, recapitula y resuelve todo: Dios y el hombre, el cielo y la tierra, la circuncisión y el prepucio.
Cristo camina en las olas del viento y habita en el vértice de la Tierra, mide los cielos con su palmo y le caben en sus manos las aguas del mar.
La luz da el ser a la cosa, la luz es la forma de la cosa... la luz es lo más hermoso de este mundo y del otro.
Con mis propios ojos he visto yo mismo cómo lo llevaban con pompa sobre sus hombros los príncipes, y cómo lo adoraba todo el pueblo de rodillas a lo largo de las calles.
No podrá ser un buen geógrafo el que no esté seriamente versado en Matemáticas.
Es un abuso condenar a muerte a aquellos que se equivocaron en sus interpretaciones de la Biblia.
Amortigua la circuncisión el apetito de la carne, como queda amortiguado el oido si se le cortan a uno las orejas o la vista si se le cortan los parpados.
Lo cierto es que fueron muchos los que pronunciaron ese nombre en la antigüedad.
Miguel Servet, solo, pero confiado en la protección segurísima de Cristo.
Yo no separo a Cristo y a Dios más que una voz del hablante o un rayo del Sol.
¿Quién puede llamar ortodoxo a un ministro de la Iglesia que es acusador, criminal y homicida?
En este mundo no hay verdad alguna, sino simulacros vanos y sombras que pasan. La verdad es Dios eterno...
El hombre es libre, y recibe de los astros, solo inclinaciones y tendencias. La preordenación, predestinación, elección, son inventos de Simón Mago.
Es un principio general que todas las cosas han salido de la raíz divina, son parte y porción de Dios, y la naturaleza de las cosas es el espíritu de Dios.
La fe es la puerta; la caridad la perfección. Ni la fe sin caridad, ni la caridad sin fe.
España es aventajada por Francia en la abundancia de vino, cereal y carnes, pero la supera en la bondad y el sabor de ellos.
La fe enciende la lámpara que solo el aceite del amor hace arder.
Si yo amo una persona, de modo entrañable, estoy pendiente de ella; a ella me entrego en todo y para todo y ella me conduce a donde quiera.
Considero un asunto muy grave el matar a los hombres por creer que están en el error o por algún detalle de interpretación escriturística, cuando sabemos que el más elegido se puede equivocar.
Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace.
No estamos obligados a juzgar según la Ley, aunque la ley nos muestra bien el pecado.
La fe, si se considera en su propiedad esencial y pura, no contiene tal perfección como el amor... El amor es superior a todo... durable, sublime, más parecido a Dios...
Arderé, pero eso será un mero incidente. Continuaremos nuestra discusión en la eternidad.
Colón fue el descubridor de un continente y de muchas islas que los españoles gobiernan ahora felizmente. Por eso están tan radicalmente equivocados los que llaman América a este continente.
Ni con estos, ni con aquellos estoy conforme ni disiento en todo. Todos tienen parte de verdad y parte de error, y cada cual descubre el error en otro sin ver el suyo.
Leed la Biblia una y mil veces; si no le tenéis gusto es que habéis perdido la llave del conocimiento.