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El aburrimiento es el fondo de la vida, y el aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor.
Miguel de Unamuno
La palabra sabia es aquella que, dicha a un niño, se entiende siempre aunque no se explique.
¡Son tantos los mortales que no pueden digerir la felicidad! La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.
La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.
Mas he aquí que en el fondo del abismo se encuentran la desesperación sentimental y volitiva y el escepticismo racional frente a frente, y se abrazan como hermanos. Y va a ser de este abrazo, un abrazo trágico, es decir, entrañadamente amoroso de donde va a brotar el manantial de la vida, de una vida seria y terrible.
¡Qué jugo de apacible felicidad, de resignación al destino, debe dar en los días de nuestro sol más breve el recordaresperanzas que no se han realizado aún, y que, por no haberse realizado, conservan su pureza!
Mejor que buscarse a sí es buscar a Dios en sí mismo. Y cuando andamos dentro nuestro a la busca de Dios, ¿no es acaso que nos anda Dios buscando?
Lo que los fascistas odian es la inteligencia.
Los jesuitas nos vienen con la cantinela esa del reinado social de Jesucristo, y con ese criterio político quieren tratar los problemas políticos y los económico-sociales. El Cristo nada tiene que ver ni con el socialismo ni con la propiedad privada. dijo que su reino no era de este mundo.
Hay algo de dulce y sosegador, y sobre todo de sabio, en eso que los hombres del mundo llaman aburrirse.
He dicho alguna vez, con escándalo acaso de ciertos pedantes, que la verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.
Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.
Salamanca, Salamanca, renaciente maravilla, académica palanca de mi visión de Castilla.
¿Qué es la razón? La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo. La verdad es otra cosa. La razón es social; la verdad, individual.
Es un hombre que sabe de todo, ¡qué tonto será!
Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será.
No es fácil suponer lo que a la gente del campo, analfabetos aun cuando sepan deletrear, le encanta oir, leer con sentido, sea lo que fuere lo que se lee.
Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.
Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha.
Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.
La fe es un hecho en los que la poseen. Y les resulta inútil disertar sobre ella a aquellos que no la tienen.
Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.
La opinión de toda una multitud es siempre más creíble que la de una minoría.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
Entregarnos a los demás es desvivirnos.
La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo.
Llamo rumiantes a los hombres que se pasan rumiando la miseria humana, preocupados de no caer en tal o cual abismo.
Las lenguas, como las religiones, viven de herejías.
El progreso consiste en el cambio.
Dicen que insulta a los pobres el que va derrochando por la calle su dinero; pero los insulta más el que se lo guarda en la hucha para que tenebrosamente le echen crías con la usura.
El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...
Me cago en el vapor, la electricidad y en los sueros inyectados.
A veces, el silencio es la peor mentira.
Yo, amigo mío, no me defiendo jamàs; ataco. No quiero escudo que me embaraza y estorba; no quiero màs que espada.
Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.
Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio.
El alma es un manantial que solo se revela en lágrimas.
Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes, y la vida es esto, la niebla.
El que quiere todo lo que sucede, consigue que suceda cuanto quiere. ¡Omnipotencia humana por resignación!. A esta resignación sólo por la gracia se llega.
El que no sienta ganas de ser más, llegará a no ser nada.