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Más vale un toma que dos te daré.
Miguel de Cervantes
El ver mucho y leer mucho aviva los ingenios de los hombres.
Los buenos artistas imitan la naturaleza; los malos, la vomitan.
El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles.
Y quiero callar porque no digan que miento pero el tiempo, descubridor de todas las cosas, lo dirá cuando menos lo pensemos.
Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña.
Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.
Ayer lloraba el que hoy ríe, y hoy llora el que ayer rió.
Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
El pobre honrado, si es que puede ser honrado el pobre...
Brava comparación, aunque no tan nueva, que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
El hacer el padre por su hijo es hacer por sí mismo.
Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos.
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
No almonedes tanto tu negocio.
Al enemigo que huye, la puente de plata.
La libertad, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen a esconderse los regocijos más aventajados.
Ligeras horas del ligero tiempo para mí perezosas y cansadas.
Es natural condición de mujeres despreciar a quien las quiere y amar a quien las aborrece.
Dondequiera que está la virtud en grado eminente, es perseguida.
La verdad bien puede enfermar, pero no morir del todo.
Un hombre prudente no pone todos sus huevos en el mismo cesto.
Más quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que bueno con el propósito de ser malo.
Más vale buena esperanza que ruin posesión.
Aún entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno.
Tienes que desconfiar del caballo por detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los clérigos, de todos lados.
Y ¿es posible que vuestra merced no sabe que las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura y de linaje a linaje son siempre odiosas y mal recibidas?
El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
El mayor contrario que tiene el amor es el hambre.
Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.
Nadie tienda más la pierna que cuanto fuere de larga la sábana.
No se toman truchas a bragas enjutas.
Todas las cosas tienen remedio sino es la muerte, debajo de cuyo yugo hemos de pasar todos.
Entre los pecados mayores que los hombres comenten, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno.
Sabed que soy el valeroso don Quijote de la Mancha, el desfacedor de agravios y sinrazones.
El vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.
Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero.
Le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda; porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas.