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Los columnistas se manejan de otra manera: no pueden distanciarse de los políticos. Así es, mas pueden regular su distancia. Hay quienes se ufanan de comer con los políticos, es cierto, y exhiben su cercanía con los funcionarios porque con eso quieren advertir que ellos, los periodistas, también son importantes. Es una tontería, por supuesto.
Miguel Angel Granados Chapa
Una de las cosas que detesto del periodismo de hoy es su conversión en negocio. No digo que el periodismo no deba ser negocio, desde luego; me refiero a que es lícito hacer negocio con el periodismo, pero no es lícito convertir al periodismo en negocio, simular que se hace periodismo para hacer negocio.
La censura a veces empresarial, a veces gubernamental, a veces es simulada, a veces es directa, abierta; hay que enfrentarla según el modo, según quien la ejerza. No hay un solo modo de enfrentarse a ella? salvo el ejercicio mismo de la libertad de expresión.
Los periodistas no pueden, ni deben, ser socios de los políticos. Por eso, a la larga, cada periodista está en el lugar que se merece. Y la gente lo sabe.
Hay un periodismo que se dirige al poder. Es un periodismo que no satisface su misión social. Porque la misión social es la comunicación con la gente, el público, los lectores.
Como dice un refrán, al que vuelvo muy seguido: El que no quiera ver fantasmas, que no salga de noche. Si uno entró a este oficio es porque es lo que quiere hacer en la vida, como es mi caso, debe arrastrar las consecuencias como un efecto natural. Si quiero ser periodista, me atengo a los efectos positivos y negativos de este oficio.
Esta es la última vez que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós.