Imágenes
La vida es el regalo que Dios nos hace. La forma en que vivas tu vida, es el regalo que le haces a Dios.
Miguel Ángel Buonarroti
Señor, hazme ver tu gloria en todo lugar.
No hay daño tan grande como el del tiempo perdido.
Vi al ángel en el mármol y tallé hasta que lo dejé en libertad.
No tiene el mejor artista ningún concepto que un mármol solo en sí no circunscriba.
Tal vez a ti y a mí dar larga vida puedo con el cincel o los colores, adunando mi amor y tu semblante. Y mil años después de la partida, se verán tus hechizos vencedores, y cuánta razón tuve en ser tu amante.
El mal que huyo y el bien que prometo, en ti, señora hermosa, divina, altiva, igual se esconde; y porque más no viva, contrario tengo el arte al deseado efecto.
Nunca fui el tipo de pintor o escultor que tenía una tienda.
De una cosa tan dulce, de semejante fuente deleite, todo el dolor nace.
Un hombre pinta con sus sesos, no con sus manos.
La auténtica obra de arte no es más que una sombra de la perfección divina.
Si supieras la cantidad de trabajo que hay en ello, no lo llamarías genio.
El mayor peligro para la mayoría de nosotros no radica en establecer unos objetivos demasiado altos y fracasar pronto, sino en establecer unos objetivos demasiado bajos, y lograrlos.
La belleza es la purgación de lo superfluo.
El genio es la paciencia eterna.
Las frivolidades del mundo me han robado el tiempo. Esto me ha hecho reflexionar sobre Dios.
El amor es el ala que Dios ha dado al hombre para volar hasta Él.
Desde que amanece el día puedes pensar: hoy he de encontrarme con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un envidioso y un egoísta.
No tiene el gran artista ni un concepto que el mármol en sí no circunscriba en su exceso, mas solo a tal arriba la mano que obedece al intelecto.
De las altas estrellas desciende un esplendor que incita a ir tras ellas y aquí se llama amor. No encuentra el corazón nada mejor que lo enamore, y arda y aconseje que dos ojos que a dos astros semejen.
No tiene, pues, Amor ni tu belleza o dureza o fortuna o gran desvío la culpa de mi mal, destino o suerte; si en tu corazón muerte y piedad llevas al tiempo, el bajo ingenio mío no sabe, ardiendo, sino sacar de ahí muerte.
La muerte y el amor son las dos alas que llevan al buen hombre al cielo.
Si la gente supiera lo duro que tenía que trabajar para ganar mi maestría, no parece tan maravilloso en absoluto.
Con pocas palabras voy a hacerte entender mi alma.
Mis ojos, que codician cosas bellas como mi alma anhela su salud, no ostentan más virtud que al cielo aspire, que mirar aquellas.
La capilla estará terminada cuando yo quede satisfecho de sus cualidades artísticas.
No sé qué es preferible: el mal que hace bien o el bien que hace mal.
Es necesario mantener nuestra brújula en los ojos y no en la mano, para que las manos ejecuten, pero los ojos juzgen.
¿Qué espíritu es tan vacío y ciego que no puede reparar en el hecho de que el pie humano es más noble que el zapato y que la piel humana es más hermosa que la prenda con la que se cubre?
Así como en la pluma y en la tinta el alto con el bajo estilo existe, en folio o mármol, rica o vil se viste la forma, según quien la talla o pinta.
Dime, oh Dios, si mis ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran; o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran.
La fe en uno mismo es le mejor y más seguro camino.
La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas.