Imágenes
El pensamiento corre. ¡El cuerpo baila! ¡Los ojos iluminan! La voz... llega y escapa.
Miguel Abuelo
¡He venido a mover y dar marcha a la fanfarria! Me fecunda la música que tonifica y cura. Los poetas me acusan de deber ser valiente. ¡Las artes para siempre! ¡Las musas sin cadenas!
Qué imbécil no verá su pasión más desjuiciada. ¿Y qué clase de rico será quien no lleve todo junto y en un solo puño la psiquis y el latir de su pueblo?
En el silente sin nombre del agua que baña mis ramas. Encontré una rosa roja. Que perfuma mis mañanas.
No me lloren, crezcan.
Sobre la palma de mi lengua vive el himno de mi corazón.
Toda una suerte, pongo al quererte.
La muerte me apasiona, me encanta. Me apasiona el hecho de encontrarla, de ir pensando qué pasa después. Es como una amiga, una compañera. Yo la quiero bien. No hay muerto todavía que haya muerto. ¡Es tan perfecta ella! Nos lleva a todos al mismo silencio.
Y mientras tenga en las venas sangre, te seguiré queriendo, te seguiré adorando.
América. ¿Estabas allí mi América? Gorda divina. Americano soy del sur, brioso y puro.
Pobre eres si no llevas repletas las arcas de tu corazón.
Si el ayer ya no está aquí, si mañana no empezó, yo soy.
Ando solo persiguiendo a mi cariño.
Guerrero sed dichoso. Artista valeroso. Mujer sed soberana. Amigo se mi hermano. Un hilo de la vida, dice a los que la vemos, que no hay malo ni bueno, si uno se pone a salvo.
Te tenés que animar, Es tiempo de cambiar.
Esta vida gira así sin cabezas por la vida, pocos juegan lo que tienen y envidian lo que imaginan.
Quisiera blanca paloma volar a tu palomar, juntos echarnos a volar.
Se acerca tiempos difíciles, amar es urgente.
Solamente se arrastra quien no tiene alas ni piel.
No habrá paz sin verdad, ni amor sin nobleza.
Joven es el corazón que pregunta ¿por qué?
Este es mi cuerpo, siento a mi alma. ¡En corazón abierto caen estrellas!
Idiota perdido aquel que no se reconozca en un odio insensato.
Son mis amigos los héroes de toda una vida, dulce emoción que transpone la cruel realidad.
Yo soy el queda roto de tu paso olvidado, y aquel que te camina, descalzo, entre tus pasos.
Yo soy un minero, mi meta es el oro, lo encuentro en los pliegues de cualquier latir. Espero al mañana de la gran ventana, el trapecio del tiempo, se alejó de mí
Mienten los padres que intentan hijos a medida, torpe el hijo que reniega lo que hubo detrás.
Oye amiga dame la mano que ya es hora de caminar.
Libertad, arte de los decididos. Yo soy tu bandera, libertad.
La vida es un libro útil para aquel que puede comprender. Tengo confianza en la balanza que inclina mi parecer.
Cada estrella es otro sol, cada hombre un soldador uniendo las partes rotas del gran espejo interior.
Oíd, oíd, que hermoso río que suena en ti llamando, humano, humano, humano...
No quiero ser un barco anclado sobre un río tormentoso.
En el espejo del mundo, no me veo muy claro. Dios desafina la orquesta y yo intento sonar... Con ese dedo que acusa, yo tendré cuidado. Amo al lector que entre líneas espía al juglar.