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Lo que de fantasía hay en la película apenas supera el nivel de un club nocturno del montón.
Michael Ende
Un escritor que afirme con toda seriedad que describe la totalidadtal como es, o es tonto o un estafador. Pretende hacernos creer que está construyendo una bola terrestre en la escala 1:1. Dejando a un lado el hecho de que en la práctica eso es irrealizable.
La literatura y la mentira están hechas de la misma sustancia: la ficción. Esta sustancia puede ser una medicina o un veneno, dependiendo de las manos en las que caiga.
Un hecho no se convierte en realidad más que por el significado y la importancia que nosotros le damos.
No se puede decir cuánto tiempo duró aquel áspero trabajo, porque esa clase de trabajos no pueden medirse en días o meses.
Se puede estar convencido de querer algo -quizá durante años-, si se sabe que el deseo es irrealizable. Pero si de pronto se encuentra uno ante la posibilidad de que ese deseo ideal se convierta en realidad, sólo se desea una cosa: no haberlo deseado.
Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas.
Sin darse cuenta, se habían dado la mano y escuchaban encantados en silencio. Cada uno de los dos sabía que el otro sentía lo mismo que él: la alegría de haber encontrado un amigo.
- ¿Tiene que ser así? ¿Tengo que perderlo todo? -Nada se pierde -dijo ella-. Todo se transforma.
Cuando luché con tus gigantes blindados -continuó Bastián-, vi que son sólo una armadura y están huecos por dentro. ¿Cómo se mueven? -Por mi voluntad -contestó Xayide sonriendo-. Precisamente porque están vacíos la obedecen. Todo lo que está vacío puede mi voluntad gobernarlo.
Debería ser más importante crear una fantasía que mostrar un mundo fantástico.
Quisiera que siempre fuera así -dijo él. -Siempre es sólo un momento -respondió ella.
De tanto esperar, olvidó incluso porque esperaba.
Sólo su verdadero nombre hace reales a todos los seres y todas las cosas -dijo ella-. Un nombre falso lo convierte todo en irreal. Eso es lo que hace la mentira.
De pequeño aprendí todas las teorías (también aquellas que hoy en día todavía son revolucionarias) sobre el arte y la literatura.
Renuncio para siempre a la falsedad del libre albedrío, pues es una serpiente que se devora a sí misma. La libertad total es la falta total de libertad.
Al menos os habéis encontrado. Lo habéis hecho ya a menudo y lo haréis una y otra vez. Eso no pueden decirlo todos.
El verdadero tiempo no se puede medir por el reloj o el calendario.
No quería ser ya el más grande, el más fuerte o el más inteligente. Todo eso lo había superado. Deseaba ser querido como era, bueno o malo, hermoso o feo, listo o tonto, con todos sus defectos... O precisamente por ellos.
La ficción, la fantasía, necesita de la vida.
Cada libro es una nueva aventura en la que me abandono y de la que no sé a dónde me llevará. Al escribir siempre entro en una grave crisis en la que, de repente, tengo que movilizar todas las energías.
Olvidan el pasado y el futuro, olvidan las preguntas y los deseos. Oh, sí, están tranquilos y contentos con lo que tienen, pues carecen de memoria y de la posibilidad de comparar. Sólo poseen el momento. Los esclavos que no conocen más que la esclavitud son esclavos dóciles. Los prisioneros que únicamente conocen la existencia de la cárcel no sufren por su falta de libertad.
Cada vez se volvía más nervioso e intranquilo, porque ocurría una cosa curiosa: de todo el tiempo que ahorraba, no le quedaba nunca nada. Desaparecía de modo misterioso y ya no estaba.
Pero el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.
Los tres caballeros buscaron por los alrededores leña seca y ramas desgajadas por la tempestad, y pronto una hermosa hoguera ardió en la caverna. Los mantos húmedos fueron extendidos para que se secaran, se entró a los caballos y a la mula y se los desensilló, y hasta Fújur, que normalmente prefería pasar la noche a la intemperie, se hizo un ovillo en la parte de atrás de la caverna.
Fújur se esforzó desesperadamente por encontrar otra vez el lugar en que Atreyu debía de haber caído al agua, pero hasta para un dragón blanco de la suerte es imposible descubrir en la espuma hirviente de un mar revuelto el puntito diminuto de un cuerpo que flota... O el de un ahogado en su fondo.
El horror pierde su espanto cuando se repite mucho.
Por que cada hombre tiene su propio tiempo. Y solo mientras siga siendo suyo se mantiene vivo.