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Nada en este mundo es para siempre mas que el amor que dejamos tras marcharnos.
Mercedes Pinto Maldonado
Cuando eres un niño piensas que todo es para siempre, incluso tú mismo te crees eterno, y así vives. Los verbos solo tienen una conjugación: el presente; un presente eterno.
Nada me es ajeno ni extraño, encuentro en cada alma la esencia que me une a ella.
No hay nada más triste que llorar solo. Cuando decidimos abrir la compuerta a las lágrimas, solemos buscar compañía que nos dé consuelo y comparta nuestro dolor, como si llorar solos no tuviera sentido; pero cuando el agua brota a nuestros ojos sin la posibilidad de que alguien se apiade de nosotros, es porque, sencillamente, no podemos más.
El amor, caprichoso como es, aparece cuando menos te lo esperas, nunca sabes si se quedará para siempre o solo un momento, y es del todo absurdo esconderse, si acaso, acallarlo.
Una novela es una maravillosa mentira de la que nadie duda.
El único amor que resiste cualquier prueba es el platónico.
La grandeza de un hombre no se mide por sus logros, sino por su capacidad de lucha.
Todas las vidas tienen un escaparate y una trastienda donde se abandona aquello que no queremos exponer a la luz pública, ya sea por un tiempo o para siempre.
El que no ama su mundo no puede enamorarse de veras.
Somos la suma de los días vividos, del amor que nos dieron y el que nos negaron.
La imaginación es poderosa, en los momentos más difíciles es el mejor refugio, en el que todo ocurre tal y como deseas, viajas en el espacio y en el tiempo en un instante para estar con quien quieres y donde quieres.
Amar es mucho más que enamorarse, es un talante ante la vida.
Detrás de un niño que opta por relacionarse con un amigo imaginario hay un ser humano que no se siente comprendido, y cuya necesidad vital de comunicación le obliga a inventar que lo escuchan.
Cuanto más conoces el verdadero amor, más se aleja todo lo demás.
Somos el resultado de las puertas que se cerraron a nuestro paso.
Sí, se puede amar de incontables maneras, por indefinibles motivos y por tiempo infinito. Y también se puede amar un solo instante.
El amor es como un geniecillo travieso que campa por este mundo haciendo las peores trastadas a diestro y siniestro, siempre te gana la partida, no hay quien escape ileso de su perverso juego.
El olor reside la misma esencia del alma, lo impregna todo de una forma pertinaz y tiene la capacidad de abrir las puertas del inconsciente, desde las que se cuelan las escenas más amables y las más dolorosas.