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El mejor remedio a las injurias es despreciarlas.
Mateo Alemán
El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho.
Hágote saber, si no lo sabes, que es la vergüenza como redes de telajero; si un hilo se quibra, toda se deshace, por él se va.
Libertad. Loada de sabios, deseada de muchos y cantada de poetas, para cuya estimación todo el oro y las riquezas de la tierra es poco precio.
Las cosas, una vez principiadas, ni se has de olvidar ni dejar, hasta ser acabadas, que es nota de poca prudencia muchos actos comenzados y acabado ninguno.
No hay maestro como el ejercicio.
No entres donde libremente no puedas salir.
Sólo es hermoso lo que agrada.
¿Cuál hay mayor venganza, que poder haberse vengado?... Venganza es cobardía y acto femenil; pedón es gloriosa victoria.
Consejo sin remedio es cuerpo sin alma.
La sangre se hereda, el vicio se apega.
Quien no tiene necesidades propias, mal se acuerda de las ajenas.
El deseo vence al miedo, atropella inconvenientes y allana dificultades.
No hay mujer tan alta que no huelgue ser mirada, aunque el hombre sea muy bajo.
La soberbia ataca con dos dardos: la ira y la envidia.
De pequeños principios resultan grandes fines.
Terrible animal son veinte años. No hay batalla tan sangrienta ni tan trabada escaramuza como la que trae la mocedad consigo.
Hallarse uno cargado de obligaciones y sin remedio para socorrerlas hace buscar medios y remedios cómo salir de ellas. La necesidad enseña claros los más oscuros y desiertos caminos.
Suelen decir que el hombre que apetece soledad tiene mucho de dios o de bestia.
Es de mayor estimación lo poco que el sabio sabe, que lo mucho que el rico tiene.
Es discreción saber disimular lo que no se puede remediar.
Tengo a mayor delito preciarse del mal que haberlo hecho.
La contraria fortuna hace a los hombres prudentes.
Paciencia y sufrimiento quieren las cosas, para que pacíficamente se alcance el fin de ellas.
Siempre los mozos se despeñan tras el gusto presente, sin mirar el daño venidero.
Debe desear todo hombre vivir para saber, y saber para bien vivir.
Terrible vicio es el juego; y como todas las corrientes de las aguas van a para al mar, así no hay vicio que en el jugador no se halle.
No hay palabra ni pincel que llegue a manifestar amor de padre.
La sangre se hereda y el vicio se apega. Quien fuere cual debe, será como tal premiado y no purgará las culpas de sus padres.
La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.
El deseo vence al miedo.
No ganes enemigos de los que con buen trato puedes hacer amigos, que ningún enemigo es bueno por flaco que sea: de una centelluela se levanta gran fuego.
A quien las buenas obras no aprovechan y las tiernas palabras no mueven, las malas le domen con duro y riguroso castigo.
El alma triste en los gustos llora.
Débense buscar los amigos como se buscan los buenos libros. Que no está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; antes en que sean pocos, buenos y bien conocidos.