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Quien no sepa portarse como un hombre corriente en las cosas ordinarias, no será tampoco un hombre realmente extraordinario. Su vida debe estar total y perfectamente señalada por la forma común, y nutrirse de simpatía.
Massimo Bontempelli
El hombre libre no quiere dominar a otro; la libertad está en idéntica antítesis con la esclavitud y con el afán de mando. Así, este último no es más que una forma del espíritu de sujeción, porque el dominador es aquel que no sabe sentirse individuo sino en función de otro ser, el dominado.
El suicidio es el más inmoral de los delitos.
Ya no hay quien sepa el arte de la conversación, es decir, de la discusión. Conversar es entrar en el surco que ha trazado el otro, y proseguir en el trazo y perfección de aquel surco; diálogo es colaboración.
El tiempo es la esencia más misteriosa de la que podemos tener cierta sensación, y es, quizá, la imagen más cognoscible de Dios.
Si el hombre, fundamentalmente, no sólo carece de deseos sino más bien siente horror de conocer su propio futuro, no es debido a una manía pasional o puramente femenina de lo imprevisto. La razón primordial de la vida es, para el hombre el sentimiento de su albedrío y de su propio poder de hacer surgir los hechos a impulsos de esa voluntad.
La medicina es una opinión.
La verdadera libertad es un acto puramente interior, como la verdadera soledad.