Imágenes
Una alondra se vuela respiro la niebla, ¡Yo camino sobre nubes!
Masaoka Shiki
El río en el verano y un puente. Pero el caballo pasa por el agua.
Bajo el mosquitero ella duerme rodeada de luciérnagas.
Diez años de trabajo para pagar mis estudios. ¡El techo gastado!
El gran Buda y su frescura implacable.
Confusas entre los pétalos alas de pájaros.
Llega el otoño paso los días pintando flores y yerbas.
Una y otra vez yo pregunto cómo de alta la nieve es.
¡Cómo el hombre! En noches de luna llena el espantapájaros es miserable.
Entre un grupo de sólo hombres, ¡Qué calor el de la mujer!
En el dormitorio vecino su luz también se apaga. ¡Ah! Qué la noche es fría.
Marejada de nubes bajas amontonadas sobre la lejana línea del mar.
A lo largo la mano corre por la barandilla del mirador. Los montes en primavera.
Soledad en invierno. Quisiera hacer una pregunta al Buda.
¡Qué soledad! Después de los juegos artificiales una estrella fugaz.
A gran velocidad se lleva el verano el río Mogami.
En este mundo efímero. También los espantapájaros tienen ojos y nariz.
Lluvia de otoño. Las hortensias se deciden por el azul.
¡Qué frescor! La vela que se apaga y el ruido del agua.
En el gran Buda la ausencia de entrañas. ¡Ah! Que frescor.
Dulzor de brisa. En el verde de mil colinas un templo aislado.
Para oídos impuros, por sermones, el cuco.
Las noches son breves ¿Cuántos días más aún por vivir?
Torbellino de hojas muertas vienen de lejos. El otoño llega a su fin.
El aguacero de verano tamborea en la cabeza de las carpas.
Un pueblo de pescadores bailando bajo la luna el olor a pescado fresco.
Ni siquiera un mosquito después de la inundación, ¡Qué soledad!
Con mucho esfuerzo pude colgar la lámpara entre tantas flores.
Donde miremos hay frescor de luces de dioses y de Budas.
Primavera en el hogar. No hay nada y sin embargo hay de todo.
Apoyada a un árbol desnudo de raras hojas una noche estrellada.
Sólo en un árbol de la inmensa llanura las cigarras se agrupan.
Con sus patitas mojadas brinca el gorrión por el corredorcillo.
Reseco el río, cruza el puente la gente y siente frío.
En los cultivos de las alturas los espantapájaros se peinan de nubes.
Camino caluroso sobre esa piedra descansan todos.
En esta agua pura los ricos se refrescan y también los osos.
El día de año nuevo el principio de la armonía del cielo y la tierra.
Veinte mil personas sin abrigo la luna de verano.
A lo largo del río no encontré ningún puente ese día sin fin.