Imágenes
La gran tragedia del mundo es que no cultiva la memoria, y por tanto olvida a los maestros.
Martin Heidegger
La angustia es la disposición fundamental que nos coloca ante la nada.
El carácter poético del pensamiento aún está velado.
No accedí a las reiteradas exigencias de retirar los libros de autores judíos.
Sólo hay mundo donde hay lenguaje.
No se puede probar nada en el reino del pensamiento; pero el pensamiento puede explicar muchas cosas.
¿Qué es lo cósico de la cosa? ¿Qué es la cosa en sí? Sólo llegaremos a la cosa en sí si antes nuestro pensamiento ha llegado a la cosa como cosa.
Lo verdadero, ya sea una cosa verdadera o una proposición verdadera, es aquello que concuerda, lo concordante.
¿Quién es el hombre? Aquel que debe mostrar lo que es.
Cuán mínimo y obtuso es nuestro saber sobre la esencia de la verdad; lo muestra la negligencia con que nos abandonamos al uso de esta palabra fundamental.
Siempre que el arte acontece, es decir, cuando hay un comienzo, se produce en la historia un empuje y ésta comienza o recomienza.
Todo lo grande está en medio de la tempestad.
La tierra sólo surge a través del mundo y el mundo sólo se funda en la tierra, mientras la verdad acontece como la lucha primordial entre el alumbramiento y la ocultación.
Cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y simultaneidad, mientras que lo temporal, entendido como acontecer histórico, haya desaparecido de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?
La lengua es la casa de la verdad del ser.
Los dominios de las ciencias están muy distantes entre sí.
Solo un Dios puede salvarnos.
El pensamiento se traduce tan escasamente como la poesía. Como mucho puede transcribirse. En cuanto se hace una traducción literal, todo resulta alterado.
La única fe salvadora es la que se arroja así en Dios, para la vida y para la muerte.
Camina soportando el fracaso y la cuestión por la única senda que es tuya.
Las Artes se convierten en instrumentos de información manipulados y manipuladores.
La Condición óntica del ser humano es ontológica.
El artista es el origen de la obra. La obra es el origen del artista. Ninguno es sin el otro.
Poetizar es propiamente dejar habitar. Ahora bien, ¿por qué medio llegamos a tener un habitáculo? Por medio del edificar. Poetizar, como dejar habitar, es un construir.
Si el arte es el origen de la obra, entonces quiere decirse que hace brotar en su esencia la mutua correspondencia esencial en la obra, de la creación y la contemplación.
Los mortales habitan en la medida en que reciben el cielo como cielo; en la medida en que dejan al sol y a la luna seguir su viaje, a las estrellas su ruta, a las estaciones del año su bendición y su injuria; en la medida en que no convierten la noche en día, ni hacen del día una carrera sin reposo.
Lo que la Poesía, como iluminación sobre lo descubierto, hace estallar e inyecta por anticipado en la desgarradura de la forma es lo abierto, al que deja acontecer de manera que ahora estando en medio del ente lleva a éste al alumbramiento y la armonía.
Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué es el hombre.
Cantar y pensar son los troncos cercanos del poetizar. Crecen del ser y se alzan hasta tocar su verdad.
El comienzo contiene ya oculto el final.
Lo distintivo del pensar metafísico -que busca el fundamento del ente- es que, partiendo de lo presente, lo representa en su presencialidad y lo muestra, desde su fundamento, como fundado.
¿Hay obra y artista sólo en la medida en que el arte existe como su origen?
Cuando un hombre piensa a lo grande se equivoca a lo grande.
Si una obra no puede ser sin ser creada, pues necesita esencialmente los creadores, tampoco puede lo creado mismo llegar a ser existente sin la contemplación.
Al inicio de su historia, el saber absoluto debe ser otro que al final. Ciertamente, pero esa alteridad no quiere decir que en el inicio el saber en modo alguno todavía no fuese saber absoluto. Bien al contrario, justamente en el inicio ya es saber absoluto, pero saber absoluto que todavía no ha llegado a sí mismo, que todavía no ha devenido otro, sino que sólo es lo otro.
Lo más antiguo de lo antiguo llega desde atrás a nuestro pensar, y, sin embargo, se nos adelanta. Por eso el pensar se detiene en la aparición de lo que fue, y es recuerdo.
Todo lenguaje poético, tanto en este sentido amplio como en el más estricto de lo poético, es en el fondo un pensar. La esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser.
Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas.
El sentido común del hombre tiene su propia necesidad; afirma su legitimidad con la única arma que está a su alcance, esto es, la invocación a lo obvio de sus aspiraciones y reflexiones.
La esencia del arte es la Poesía. Pero la esencia de la Poesía es la instauración de la verdad.