Imágenes
La igualdad prescrita por la revolución no es si no la venganza del débil sobre el fuerte; es lo que ocurría en otros tiempos en sentido inverso, pero esta reacción es justa, es necesario que a cada uno le llegue su oportunidad.
Marqués de Sade
¿Y qué necesidad hay de sentirse encadenado a otras sensaciones distintas a las del placer?
¿Conocéis tan mal el corazón de una mujer para ignorar lo que puede nacer de la gratitud?
¿Qué es la existencia sin filosofía? ¿Vale la pena vivir cuando se vive aplastado bajo el yugo de la mentira y de la estupidez?
¿Qué es la razón? Es la facultad que me ha dado la naturaleza para aceptar un objeto y huir de otro en función del placer o del dolor que de ellos puedo recibir.
No acariciés jamás a vuestro marido en forma insistente sino cuando sintáis deseo de engañarlo.
Después de ejercer la justicia durante treinta años, ¿no es razonable que, al menos una vez en vuestra vida, seáis vos su víctima?
No hay cosa más mediocre en el mundo que la posesión de una mujer, amigo mío; quien ha tenido una, ha tenido ciento: la única forma de alejar la monotonía de esos triunfos insípidos, es deberlos sólo a la astucia y únicamente sobre los restos de un tropel de prejuicios vencidos pueden encontrarse algunos encantos.
En el mundo no hay nada que el amor no haga olvidar.
Si los desgraciados son virtuosos, no seamos tan ingenuos de querer tener sus sentimientos.
Nada más natural y más simple que creer que el hombre muerto no es nada; nada más extravagante que creer que el hombre muerto vive aún.
Adiós, compadecedme y no dejéis de amarme.
No es, pues, para nosotros para quien todo ha sido hecho, puesto que si nosotros no existiéramos, todo existiría igualmente. ¿Qué somos entonces ante los ojos de la naturaleza? ¿Por qué nos estimamos tanto?
¡Ah, el pueblo; bromea cuando se muere de hambre y canta cuando le machacan!
La prosperidad del crimen es como el rayo, cuyos engañosos fuegos sólo embellecen un instante la atmósfera para precipitar en los abismos de la muerte al infeliz a quien han deslumbrado.
Esos colonos presidentes son auténticos rebanadores de cabezas; cortan una nuca con la misma facilidad que una corneja arroja nueces, sea justo o no sea justo, no se paran en mientes; el rigorismo lleva, como la propia Themis, una venda sobre los ojos puesta por la estupidez...
¿Por qué se quejan de su suerte cuando la puedes cambiar tan fácilmente?
Lancémonos a este mundo perverso, en el que los que engañan más son siempre los que triunfan; que ningún obstáculo me cohíba. Puesto que la sociedad únicamente está compuesta de cándidos y bribones, formemos parte de éstos: es más alagador engañar al prójimo que ser engañado por éste.
Hay muchísimas mujeres que piensan que con tal de no llegar hasta el fin con un amante, pueden al menos permitirse, sin ofender a su esposo, un cierto comercio de galantería, y a menudo esta forma de ver las cosas tiene consecuencias más peligrosas que si su caída hubiera sido completa.
No es en absoluto mi manera de pensar la que ha hecho mi desgracia; es la de los otros.
Nadie es un gran hombre para su ayuda de cámara.
La gloria seduce la imaginación, mas no procura la menor voluptuosidad a los sentidos.
Juzgo todo por las sensaciones.
No hay nada tan apacible como las esposas infieles, pues ponen tanto empeño en ocultar sus propios pasos que vigilan los del prójimo infinitamente menos que las mojigatas.
¿Desprecias a nuestros libertinos por practicar tal o cual vicio? Pues bien, también ellos te desprecian por practicar tal o cual virtud.
... llorar, recurso común a las mujeres débiles, seducidas o falsas...
Es extremadamente raro que con tantos conocimientos alguien sea al mismo tiempo tan amable. He observado casi siempre que las mujeres instruidas tienen en el mundo una cierta rudeza; una especie de afectación que hace que se compre muy caro el placer de su compañía.
El peor de todos es un cadalso; la espada es el arma de quien no tiene razón, es el recurso común de la ignorancia y de la estupidez; hace prosélitos, inflama el celo y no convence jamás.
¿Creéis que hay gran diferencia entre un banquero de una mesa de juego robándoos en el Palais-Royal, o Matasiete pidiéndoos la bolsa en el bosque de Bolonia? Es lo mismo, señora; y la única distancia real que puede establecerse entre uno y otro, es que el banquero os roba como cobarde, y el otro como hombre valiente.
No cesaré de decírtelo: el sentimiento de la humanidad es quimérico; jamás podrá hacer frente a las pasiones, ni incluso a las necesidades, si contemplamos que durantes siglos los hombres se devoran unos a otros.
Sé filósofo, toma lo tuyo y permite que el prójimo escoja sus propias pasiones.
La ley que atenta contra la vida de un hombre (la pena capital) es impracticable, injusta, inadmisible. Nunca ha reprimido la delincuencia.
... sólo me gustan las profesiones útiles: todo aquel que no tiene talento más que para fabricar dioses o para matar hombres, me ha parecido siempre un individuo consagrado a la indignación pública y al que se le debe ridiculizar u obligar a que trabaje a la fuerza.
¿Imagináis como es el tiempo que transcurre lejos del ser amado? ¿En el que no se puede oír su voz, en el que no se puede gozar de su mirada? ¿No es pedir a un hombre que exista separado de su alma?
Como las ciudades en guerra, todas las mujeres tienen un flanco indefenso. Cuando se les descubre, la plaza se rinde inmediatamente.
La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza.
¿Quién roba más que nuestros financieros?
Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuchar únicamente al corazón.
Las cadenas, las delaciones, las mentiras, las traiciones, los cadalsos hacen esclavos y producen crímenes; sólo a la tolerancia pertenece establecer y conquistar los corazones; sólo ella, ofreciéndole virtudes, las inspira y las hace adorar.
La naturaleza inspira al fuerte para que robe al débil y se enriquezca, y al débil, para que robe al fuerte y se iguale a él.