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La moral es a menudo el pasaporte de la maledicencia.
Marlene Dietrich
La riqueza no consiste en la posesión de los tesoros y sí en el uso que se debe hacer de ella.
Un accidente es una manifestación del destino que no conocíamos.
Podéis pedírmelo todo, excepción hecha de mi tiempo.
Los hombres son como los números: sólo adquieren el valor de la posición que ocupan.
El único error que he cometido en mi vida, es no haber quemado Berlín.
El amor propio es el más peligroso de los consejeros.
Para escribir historia hace falta ser más que un hombre, pues quien agarra la pluma de esta gran justiciera, debe estar libre de intereses, vanidades y prejuicios.
Se indignaron con la afrenta y se sublevaron ante nuestra fuerza corriendo a las armas. Los españoles en masa se condujeron como un hombre de honor.
Esta música nos ahorrará muchos cañones.
La imaginación exagera, la razón subestima, el sentido común modera.
Sólo con un poder absoluto se puede vencer la necesidad.
Las mujeres y los idiotas necesitan diez horas de sueño, los heridos ocho y los hombres seis.
El hombre no es sino un animal más perfecto que los otros y que razona mejor.
La verdadera felicidad social consiste en la armonía y en el uso pacífico de las satisfacciones de cada individuo.
La política no tiene entrañas.
Las mujeres tienen una edad en que necesitan ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitan ser amadas para ser bellas.
Los reyes son como los maridos engañados; siempre son los últimos en saber el mal papel que les hacen desempeñar sus consejeros.
Se aprecia mucho mejor el fondo de los valles cuando se está en la cumbre de las montañas.
¿Tropas? ¿De donde quiere que las saque? ¿Quiere que las fabrique?
Nos elevamos sobre aquellos que nos insultan perdonándolos.
Para que las mujeres te amen, es necesario que duden y teman acerca del alcance y la duración de su poder.
La caida suele empequeñecer al hombre a mi en cambio me ha engrandecido.
En una batalla, cuando pierdes... ataca!
El genio es el arte de la oportunidad.
La ambición de dominar los entendimientos es la más violenta de las pasiones.
El corazón de un hombre de estado debe estar en su cabeza.
La inmortalidad es el recuerdo que uno deja.
La mujer más insigne es la que mayor número de hijos le da a la patria.
A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar el hombre a quien serle fiel.
La democracia puede ser furiosa, pero tiene entrañas y se la conmueve; la aristocracia siempre conserva su frialdad y no perdona nunca.
La repetición es la más vigorosa de todas las figuras retóricas.
Los crímenes colectivos no comprometen a nadie.
La raza humana está controlada por su imaginación.
Los blancos serán siempre blancos.
Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona; si quieres que algo no se haga, encárgaselo a un comité
¿Qué es la historia? Una sencilla fábula que todos hemos aceptado.
Para tener buenos soldados, una nación debe estar siempre en guerra.
Es una cobardía suicidarse.
¿Cómo sabes que el amor se ha ido? Si dices que estarás ahí a las siete y llegas a las nueve, y él o ella no ha llamado a la policía todavía, se ha ido.