Imágenes
Nada aguza mejor nuestro olfato ni nos hace tan sensibles para detectar las raíces de la crueldad, la maldad y la violencia que puede desencadenar el ser humano, como la buena literatura.
Mario Vargas Llosa
Creo que, en última instancia, el nacionalismo está reñido con la democracia.
Es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe me hace el mejor de los elogios: Mario, para lo único que tú sirves es para escribir.
Sin ella, mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo y Morgana y los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia.
Todas las dictaduras, de derechas y de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación o el soborno para controlar el flujo de información. Se puede medir la salud democrática de un país evaluando la diversidad de opiniones, la libertad de expresión y el espíritu crítico de sus diversos medios de comunicación.
El mundo, liberado de Dios, poco a poco fue siendo dominado por el diablo, el espíritu del mal, la crueldad, la destrucción, lo que alcanzará su paradigma con las carnicerías de las conflagraciones mundiales, los hornos crematorios nazis y el Gulag soviético. Con este cataclismo acabó la cultura y comenzó la era de la poscultura.
Cuando secciones considerables de una sociedad devastada por la inconsecuencia sucumben al catastrofismo y la anomia cívica, el campo queda libre para los lobos y las hienas.
Sólo la libertad le interesaba ahora para manejar su soledad a su capricho, llevarla a un cine, encerrarse con ella en cualquier parte.
Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Para ser creyente no conviene pensar mucho.
El erotismo es un juego privado en el que sólo el yo y los fantasmas y los jugadores pueden participar, y cuyo éxito depende de su carácter secreto, impermeable a la curiosidad pública.
Este premio (refiriéndose al Nobel) reconoce también a la maravillosa lengua española, la lengua en la que escribo.
¿Se ha topado usted en la vida con argentinos? Cuando vea uno, cámbiese de vereda, porque la argentinidad, como el sarampión, es contagiosa.
¿De qué te ha servido este pequeño refugio de libros, grabados, discos, todas estas cosas bellas, refinadas, sutiles, inteligentes, coleccionadas con tanto afán creyendo que en este minúsculo espacio de civilización estarías defendido contra la incultura, la frivolidad, la estupidez y el vacío?.
El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón.
No hay que confundir cultura con conocimiento. Cultura no es sólo la suma de diversas actividades, sino un estilo de vida, una manera de ser en la que las formas importan tanto como el contenido.
Un escritor no escoge sus temas, son los temas quienes le escogen.
Como todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los fanáticos, la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso.
No era indispensable ser patriota y nacionalista para ser generoso y valiente.
El escándalo, en nuestros días, no consiste en atentar contra los valores morales, sino contra el principio de realidad.
La frivolidad consiste en tener una tabla de valores invertida o desequilibrada en la que la forma importa más que el contenido, la apariencia más que la esencia y en la que el gesto y el desplante -la representación- hacen las veces de sentimientos e ideas.
¿Qué quiere decir civilización del espectáculo? La de un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal.
La paciencia, como todo lo que es humano, tiene su límite.
Cuando el mar dice nones, es nones, caballero.
Hay que protestar, denunciar, movilizar a la opinión pública. Los medios independientes del mundo se sienten amenazados cuando un medio es clausurado de manera autoritaria. Cuando se cierran los medios de expresión lo que viene es una dictadura.
El nacionalismo me parece la peor construcción del hombre. Y el caso más extremo de nacionalismo es el nacionalismo cultural. Aunque en ciertas circunstancias puede representar valores libertarios.
En la civilización del espectáculo, el intelectual sólo interesa si sigue el juego de moda y se vuelve un bufón.
Tal vez en ninguna otra actividad se haya ido estableciendo una frontera tan evidente entre lo animal y lo humano como en el dominio del sexo.
El nacionalismo es hoy día el enemigo peor que tiene Europa.
Algunos hombres, algunas mujeres, tienen una sensibilidad más intensa que otros, sienten y perciben cosas que a los demás nos pasan desapercibidas.
El laicismo no está contra la religión; está en contra de que la religión se convierta en obstáculo para el ejercicio de la libertad y en una amenaza contra el pluralismo y la diversidad que caracterizan a una sociedad abierta.
Lo terrible de ser divorciada no es que todos los hombres se crean en la obligación de proponerte cosas, sino que piensan que ya no hay necesidad del romanticismo.
La utopía no es realizable, la sociedad perfecta no existe ni va a existir, básicamente porque es imposible que la idea de la sociedad perfecta coincida en dos seres humanos. Varía con cada individuo, cada uno nos la creamos sobre la base de nuestras fantasías particulares, nuestros deseos, nuestra psicología. No se puede universalizar una idea de la felicidad, es cosa de fanáticos.
Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias.
Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida.
La ingenua idea de que, a través de la educación, se puede transmitir la cultura a la totalidad de la sociedad, está destruyendo la "alta cultura", pues la única manera de conseguir esa democratización universal de la cultura es empobreciéndola, volviéndola cada día más superficial.
Algo en los dominicanos se aferra a esa forma prerracional, mágica: ese apetito por el ruido.
Cuando comas, cuando trabajes, cuando estés en el cine, cuando paletees a tu hembra, cuando chupes, en todos los momentos de tu vida, y, si puedes, hasta en el féretro: ¡hunde la panza!
El nacionalismo es siempre fuente de crispación, de confrontación y de violencia, y eso no excluye al nacionalismo que juega a la democracia al mismo tiempo que a la exclusión. Es, sigue siendo, el gran desafío.
Escribir es servidumbre y gozo.