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La filosofia moderna no ha pretendido reformar la vida. Por el contrario, quiso trasformar, la verdad.
María Zambrano
Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido, sino exigido, el ser persona.
La melancolía es una manera, por tanto, de tener; es la manera de tener no teniendo, de poseer las cosas por el palpitar del tiempo, por su envoltura temporal. Algo así como una posesión de su esencia, puesto que tenemos de ellas lo que nos falta, o sea lo que ellas son estrictamente.
Filosófico es el preguntar, y poético el hallazgo.
En la historia, la muerte se ha llamado decadencia y su proceso ha sido seguido sólo desde el punto de vista de la desintegración, de la caída del protagonista, en un sentido lineal de una sola dimensión, como si fuese un simple debilitamiento, una pérdida de poder y nada más.
Todo extremismo destruye lo que afirma.
La cultura es el despertar del hombre.
El arte parece ser el empeño por descifrar o perseguir la huella dejada por una forma perdida de existencia.
La acción de preguntar supone la aparición de la conciencia.
La luz del pensamiento filosófico no es la luz viviente del sol, sino la claridad, principio de la vida según Platón, el teólogo de esta luz.
Un filósofo es el hombre en quien la intimidad se eleva a categoría racional; sus conflictos sentimentales, su encuentro con el mundo, se resuelve y se transforma en una teoría.
Amar es verse como otro ser nos ve.
La primera realidad que al hombre se le oculta es él mismo.
El corazón es centro, porque es lo único de nuestro ser que da sonido.
La luz ligera que envuelve las imágenes de los dioses ha prefigurado la luz impasible de la inteligencia.
El poder tiende a ser taciturno.
El filósofo no se contenta con gustar de la vida, sino que quiere penetrar en ella, reduciéndola, haciéndola consciente, transparente a su razón.
La filosofía es una preparación para la muerte, y el filósofo el hombre que está maduro para ella.
La biografia de un filósofo es su sistema.
Sólo lo que no se ha podido dejar de querer, ni aun queriendo, nos pertenece.
Las utopías nacen solamente dentro de aquellas culturas donde se encuentra claramente diseñada una edad feliz que desapareció.
Sólo en soledad se siente la sed de la verdad.
La razón como esperanza. Pero a costa de cuánta renuncia. Y quién le consolará al poeta del minuto que pasa, quién le persuadirá para que acepte la muerte de la rosa, de la frágil belleza de la tarde, del olor de los cabellos amados...
¿Es de extrañar que el amor haya preferido casi siempre el derrotero poético al filosófico?.
No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero.
La palabra de la poesía temblará siempre sobre el silencio y sólo la órbita de un ritmo podrá sostenerla.
El pensamiento, cuanto más puro, tiene su número, su medida, su música.
La historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo.
Filósofo es el que ya no se queja.
Hay que dormirse arriba en la luz. Hay que estar despierto abajo en la oscuridad. Arriba en la luz, el corazón se abandona, se entrega. Se recoge. - pues se ha llegado allí, a esa luz, sin forzar ninguna puerta y aún sin abrirla, sin haber atravesado dinteles de luz y de sombra, sin esfuerzo y sin protección.
Mientras religión y ética pueden dirigirse al individuo aislado y podrían existir en un solo hombre sobre el mundo, la política necesita para su posibilidad la existencia de la sociedad.
El hombre es un ser escondido en sí mismo.
Decir la verdad es imposible; o es nefanda o es inefable.
Y la poesía pura fue a establecer, desde el lado opuesto del romanticismo pero con más profundidad, con más derecho, diríamos, el que la poesía lo es todo. Todo, entendamos, en relación con la metafísica; todo en cuanto al conocimiento, todo en cuanto a la realización esencial del hombre. El poeta se basta con hacer poesía, para existir; es la forma más pura de realización de la esencia humana.
Escribir es defender la soledad en la que vivo.
El que obtiene la unidad, lo obtiene todo.
Nadie enseña a nadie filosofía. El sistema es lo único que ofrece seguridad al angustiado, castillo de razones, muralla cerrada de pensamientos invulnerables frente al vacío.
Es posible llegar a destruir un orden y establecer otro, con la consiguiente aureola revolucionaria, en nombre de una tendencia conservadora.