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La base del fracaso es verse incapaz de lograr lo más deseado en la vida: el amor.
María Vallejo-Nágera
Por todos padeció Jesús clavado en un madero. Eso es lo que me ha enamorado de Él y solo por eso, Él lo es todo para mí.
Y es que no es más sabio el que más conocimientos y más preparación académica tiene, o el que más admirado es por los demás, querido lector. En mi humilde opinión el más sabio fue, es y será aquel que ha descubierto lo que Dios desea de él y lo cumple en la vida con la mayor humildad posible.
El cielo es Dios por dentro.
Cuando tengas algún sufrimiento que ofrecer, hazlo lo antes posible al cielo, con una sonrisa, como si fuera el mayor de los regalos.
El más sabio fue, es y será aquel que ha descubierto lo que Dios desea de él y lo cumple en la vida con la mayor humildad posible.
Si se desea mejorar, amar al prójimo, hacer el bien, acercarse en vida al cielo, no hay otra manera más que con la oración.
Son las almas benditas del purgatorio que están a la espera de las oraciones de ustedes para refrescarse. No dejen de rezar por ellas. Piden por ustedes, pero no pueden pedir por ellas mismas, son ustedes quienes tienen que pedir por ellas para ayudarlas a salir para encontrarse con Dios y gozar eternamente de Él.
¡El ser humano no quiere reconocer que todo lo malo lo provoca él mismo! Y luego va y le echa la culpa a Dios. ¡Qué ciego está!
La mayoría de las almas son liberadas en Navidad pero, por supuesto, sólo marcharán hacia el cielo si se ha orado mucho por ellas y se han ofrecido pequeños sacrificios en su nombre. Hay que orar muchísimo por los difuntos en el día de Navidad.
Satanás no tiene amigos, solo esclavos.
La iglesia no insiste en que es un "lugar" ni un "destino", sino un proceso por el que pasa el alma para purificarse de sus pecados y que tendrá un final feliz, tan feliz como que el sufriente acabará por llegar al Cielo, para descansar durante una eternidad junto a Dios.
Cristo es así: si te abandonas absolutamente a su divina voluntad, jamás estarás perdido por mucho que las circunstancias parezcan adversas.
¡Oh!, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son las almas pequeñas y humildes.
Porque lo que Dios busca en nosotros es el amor con el que hacemos las cosas por los demás, no nuestros triunfos.
La vida es una peregrinación llena de obstáculos y sufrimiento. Pero es cierto que, agarrados de la mano de Jesús, todo se puede superar, por muy difícil que resulte la prueba.
Nunca olvide que por lo que se nos va a juzgar al final de nuestros días será por el amor que hayamos procurado al prójimo durante nuestra vida.
Dile al ser humano que nunca un hombre es más hombre que cuando dobla las rodillas ante Dios.
Edifica Tú, Señor, con lo poco que soy. Por los méritos de tu Hijo, transfórmame, Dios Altísimo. Te pido por mi familia, por mis bienhechores, por cada miembro de nuestro apostolado, por todas las personas.
Sólo cuando el alma encuentra paz en Dios se siente satisfecha, tranquila, feliz, a pesar de las temibles adversidades de la realidad que vivimos.
¡El rosario! ¡Rezar meditando los misterios! No sutilizarlos ni escudriñarlos sobre los libros, sino meditarlos de rodillas y rezando; éste es el camino.
El cielo es vivir eternamente en presencia de Dios, disfrutando de su amor infinito en plenitud.
Sólo cuando lo encontremos, tendremos todo: alegría, paz, vida... Entonces es cuando todas las tragedias, padecimientos, cruces y enfermedades no son ya algo terribles, sino que, con Dios, todo se llena de sentido.
Dios vierte su sobrenaturalidad sobre las almas cuando Él, en su infinita sabiduría, considera que podemos a sacar mayor provecho de ella, pidiéndonos solo a cambio fe, confianza absoluta, abandono en Él y oración.
Desde que, por la envidia del demonio el género humano se separó miserablemente de Dios, a quien debía su llamada a la existencia y los dones sobrenaturales, los hombres se han dividido en dos campos opuestos que no cesan de combatir: uno por la verdad y la virtud, el otro por aquello que es contrario a la virtud y a la verdad.
Para el Señor no existe ni tiempo, ni distancia y en el momento de la consagración toda la asamblea es trasladada al pie del calvario en el instante de la crucifixión de Jesús.
¡Ah, qué miedo me dan los pecados de omisión, querido lector...! ¿Se ha parado a pensar alguna vez en ello?
Conserve su vida en orden: el poder, el dinero, el conocimiento, la belleza física, la salud y en definitiva todos los dones, han de ser reconocidos no como nuestros, sino como un regalo exquisito de Dios, que debe ser empleado por y para Él con el único fin de hacer el bien.
los sacerdotes están a veces muy solos y necesitan de nuestro apoyo, cariño y oraciones. Es lo que les puede ayudar a mantenerse en santidad sacerdotal. Y si cometen un pecado tendrán, al igual que todos nosotros, que dar cuenta de él a Dios, pues todos tendremos que pagar por nuestras faltas.
Todos nuestros sufrimientos, si los llevamos con paciencia y se los ofrecemos a Él, serán una constante fuente de alegría y no de penas.
El ofrecimiento que más agrada al Señor es cuando se ofrecen ustedes mismos como holocausto, para que Jesús, al bajar, los transforme por sus propios méritos.
Satanás se ha vuelto muy agresivo porque está perdiendo poder. Está destruyendo matrimonios, forjando litigios entre sacerdotes, obsesiona a las personas.
¡Cuánta superficialidad en las misas a las que asistimos porque es una boda, una misa de funeral o porque tenemos que hacernos ver con la sociedad! ¡Cuánta ignorancia sobre nuestra Iglesia y sobre los sacramentos!
Ya sabe que nuestros logros no son importantes a ojos de Dios, sino el esfuerzo y, sobre todo, el amor que se ha empleado en realizarlos.
¡Ah, la juventud...! ¡Siempre alejados de lo que más importancia tiene!
Señor, hoy quiero escuchar Tu Palabra y producir fruto abundante. Que tu SantoEspíritu limpie el terreno de mi corazón para que tu Palabra crezca y se desarrolle, purifica mi corazón para que esté bien dispuesto.
¡Dios utiliza hasta la más pequeña de nuestras oraciones para salvar almas!
No hablar, criticar o dañar la reputación de un sacerdote. Porque comprendí que son personas con nuestras mismas debilidades, pecadores humillados a quienes les ha tocado en la vida la misión más difícil de todas.
La verdad siempre acaba saliendo a la luz demostrándonos una vez más que lo único que vale la pena es vivir dando y recibiendo amor. Solo para eso fuimos creados.
El castigo del Purgatorio consiste en estar privado de Dios, y lo padece el alma de tres maneras dolorosas: deslumbrada por la luz divina, está sin embargo todavía en la oscuridad, cautivada por la Belleza y la Santidad del Señor, se siente oprimida, atraída por el Amor divino, está todavía alejada de El.