Imágenes
El presente es un momento fugaz, aunque su intensidad lo haga parecer eterno.
Marguerite Yourcenar
Más allá del dolor y la alegría, la dignidad de ser.
Cuerpo, compañero, juntos nos moriremos. No puedo no querer la sombra que tenemos, no apresar con ella el resplandor de un verso.
Quizás lo que haga la voluptuosidad tan terrible sea que nos enseña que tenemos un cuerpo. Antes, sólo nos servía para vivir. Después, sentimos que aquel cuerpo tiene su existencia particular, sus sueños, su voluntad y que, hasta la muerte, tendremos que contar con él, cederle, transigir o luchar. Sentimos (creemos sentir) que nuestra alma sólo es su mejor sueño.
Soy capaz de imaginar formas de servidumbre peores que las nuestras, por más insidiosas, sea que se logre transformar a los hombres en máquinas estúpidas y satisfechas, creídas de su libertad en pleno sometimiento, sea que, suprimiendo los ocios y los placeres humanos, se fomente en ellos un gusto por el trabajo tan violento como la pasión de la guerra entre las razas bárbaras.
Pocos hombres aman durante mucho tiempo los viajes, esa ruptura perpetua de los hábitos, esa continua conmoción de todos los prejuicios.
Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre.
En el fondo de toda gran impotencia encontramos un sentimiento de tranquilidad.
No presumo de haber amado. He sentido demasiado lo poco durables que son las emociones más vivas para querer, al acercarme a seres perecederos, encaminados hacia la muerte, extraer un sentimiento que se pretende inmortal.
Conocer bien las cosas es liberarse de ellas.
Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee.
Hay algo reprobable en mostrarse demasiado cariñoso cuando unos se va, como para que lo echen de menos.
A veces hace falta un ramalazo de locura para construir un destino.
¿Ingenio? ¿En el dolor? Puede ser, pues hay sal en las lágrimas.
Soy como ustedes un juguete en la enorme mano.
La amistad es, ante todo certidumbre, y eso es lo que la diferencia del amor.
El crimen del loco consiste en que se prefiere a los demás. Esta preferencia impía me repugna en los que matan y me espanta en los que aman. La criatura amada ya no es, para esos avaros, sino una moneda de oro en que crispar los dedos. Ya no es un dios: apenas es una cosa.
Exageráis la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble.
Los escritores mienten, aun los más sinceros.
¿Y qué es el error, y su sucedáneo, la mentira -prosiguió Zenón-, sino una especie de Caput Mortuum, una materia inerte sin la cual la verdad, harto volátil, no podría triturarse en los morteros humanos...?
La posibilidad de quitarse la máscara en todas las ocasiones es una de las raras ventajas que reconozco a la vejez.
Por mi parte creo que aquel espíritu inculto era de los que se dejan atrapar por sus propias mentiras, y que el fanatismo corría en él parejo con la astucia.
La miel de las heridas embalsama el amor.
No hay nada que temer. He tocado fondo. No puedo caer más bajo que tu corazón.
Las leyes cambian menos rápidamente que las costumbres; son peligrosas cuando quedan a la zaga de éstas, pero aún lo son más cuando pretenden precederlas.
La música me transporta a un mundo en donde el dolor sigue existiendo, pero se ensancha, se serena, se hace a la vez más quieto y más profundo, como un torrente que se transforma en lago.
Mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado, las escuelas.
En todos los casos, se trata de informarse acerca del mundo tal cual es y de instruirse también ante los vestigios de lo que ha sido.
Sólo se está a gusto cuando se es libre, y disimular nuestras opiniones es aún más molesto que cubrirnos la piel.
No puede construirse una felicidad sino sobre los cimientos de una desesperación.
La imagen del tiempo transcurrido se refleja en mi memoria.
Hay pocos bípedos, después de Adán, que hayan merecido el apelativo de hombres.
Nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo tienen exigencias generalmente contradictorias; creo difícil unir satisfacciones tan diversas sin envilecer a unas y sin desanimar otras, así que he disociado el amor.
Estoy cansado de este ser mediocre, sin porvenir y sin confianza en el porvenir, de este ser al que tengo forzosamente que llamar: "yo", puesto que no puedo separarme de él.
Rocío: el verano te bebe.
El amor y la locura son los motores que hacen andar la vida.
Entreveía la posibilidad de helenizar a los bárbaros, de atizar a Roma, de imponer poco a poco al mundo la única cultura que ha sabido separarse un día de lo monstruoso, de lo informe, de lo inmóvil, que ha inventado una definición del método, una teoría de la política y de la belleza.
Vosotros, poetas, habéis hecho del amor una inmensa impostura: el que nos toca en suerte siempre nos parece menos hermoso que esas rimas emparejadas como dos bocas una sobre otra.
Observar las disciplinas humildes. Fidelidad en las pequeñas cosas.
Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse.