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Acomódate a las cosas que la suerte te ha destinado, y ama con verdadero amor a los hombres con quienes debes convivir.
Marco Aurelio
Piensa cuanto mas dolorosas son las consecuencias de tu ira que las acciones que la han originado.
Acuérdate en adelante, cada vez que algo te contriste, de recurrir a esta máxima: que la adversidad no es una desgracia, antes bien, el sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha.
Aunque los reyes obren bien, se hablará mal de ellos.
Pronto olvidarás todo, pronto serás olvidado.
La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.
En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma.
Pase lo que pase a ti, que estaba preparado para ti desde toda la eternidad, y la implicación de las causas fue desde la eternidad girando el hilo de tu ser y de lo que es incidente a él.
Morir no es otra cosa que cambiar de residencia.
A la piedra arrojada, no le importa caer ni subir.
Es una locura trabajar toda la vida, si nuestra imaginación y nuestro esfuerzo no tiende hacia un objeto determinado.
La vida más larga y la más corta tienen la misma equivalencia, pues el presente es de igual duración para todos.
Que el porvenir no te perturbe; tú lo abordarás, si es necesario, munido de la misma razón que empleas para el presente.
Sólo los locos persiguen lo imposible. Imposible es que los malos no cometan maldades.
Acuérdate también de esto siempre; para vivir felizmente basta con muy poco.
Creéme, no es de sabios decir: 'Viviré'. Mañana es ya demasiado tarde: vive ya.
Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.
El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace.
Es gran prudencia, cuando el daño puede remediarse, que se remedie, y cuando no, que se disimule.