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Pase lo que pase en la elección de mañana, habré actuado como entiendo que debo actuar.
Marcelo Bielsa
Cuando uno tiene que cotejar sus opiniones con un abanico tan grande de gente que evalúa sobre lo que uno hace, tiene que tomar un parámetro. El parámetro no es a partir de la coincidencia, sino a partir de las divergencias. Las coincidencias uno no las explica, no las profundiza, no las recorre. Las divergencias sí.
Las evaluaciones hay que hacerlas con la totalidad de los datos.
Usted dice que el fútbol tiene leyes, que yo no ignoro. La palabra temer es una palabra que refleja las sensaciones que tienen los entrenadores frente a la adversidad, pero paralelamente, no quiero hacer ostentación de algo que no sé cuánto tiempo puede durarme, siempre tengo fortaleza cuando las cosas se tuercen.
Los argentinos también expresamos el afecto conjeturando, poniendo en duda todo aquello que queremos y valoramos.
El que lidera siempre lo hace presentando virtudes, a las que hay que respetar. Debe proponer virtudes que nadie puede rechazar, pues su rol es armonizar, no dividir.
Acá hay una lucha que es muy importante describirla. El Athletic tiene tradición, historia, comportamientos deseados, habituales, vinculación con el pasado, con una forma de proceder. Pero los tiempos no son los mismos, las realidades de la industria donde se mueve este sentimiento, industria y sentimiento, negocio y sentimiento, son muy distintos. Entonces es natural que el Athletic esté sufriendo.
En Chile aprendí el valor de la moderación. Soy argentino y los argentinos somos exaltados, nos guían el impulso y la emoción.
Son mucho más importantes los principios que las conveniencias deportivas. Los equipos con principios terminan a la larga siendo mejores deportivamente.
El paso del tiempo modera los excesos que todos los jóvenes tienen, que todos los principiantes tienen. Cuando empecé a entrenar era siete años más joven que ahora y era un principiante, y seguramente habré tenido en esa época algunos excesos que espero no tener ahora.
Soy especial: me importa mucho la opinión del otro, y en ocasiones me causa mucho daño lo que lleguen a pensar de mí. Por eso también me trauma tanto dirigir: porque es un acto público y me expongo cada vez que mi equipo sale a la cancha. No me gusta que me odien o que me insulten; o siquiera que me interpreten mal.
El fútbol es de la gente. Pero Segovia dice que la gente no vota. Entonces un proyecto que excluye a los destinatarios, ¿es democrático? Me importa que se interprete como fascista a aquel que ofrece una grieta para quienes gobiernan el fútbol: los hinchas.
Soy una persona que me importa mucho lo que los demás piensen de mí. He cometido todos los pecados habidos y por haber, pero hace mucho tiempo que trato de que no me traten de mentiroso. Para que no me traten de mentiroso trato de decir la verdad. No puedo aceptar alegremente que me traten de mentiroso, y dar por entendido que no ha pasado nada. A mí Urrutia no me trató de mentiroso, el club me trató de mentiroso. Con Urrutia no tengo problemas, creo que es una buena persona de verdad, el club me trató de mentiroso y yo no puedo no fijar posición frente a eso.