Imágenes
¡Qué buen negocio es obrar bien!
Manuel Tamayo y Baus
Porque te amé, porque te idolatré, por eso empiezo a odiarte. No se aborrece a una mujer sin haberla querido mucho primero.
Hay quien diga al verle pasar: - Ahí va un infame; porque el marido ultrajado que no se venga es un infame-
También se lavó las manos Pilatos; y no hay manos más sucias que aquellas manos tan lavadas.
El que tiene caridad siempre tiene algo que dar.
Nunca faltará qué envidiar al que sea envidioso.
Más fácilmente se le perdona a un Ministerio una mala vida que una vida larga.
No se restaura el honor cometiendo una villanía.
Con mil afanes y muy poco a poco se sube la cuesta de la virtud, y luego, de pronto, la baja uno despeñado: y cuando piensa que para siempre las tiene ya vencidas, a un solo choque revuélvense y levántanse amotinadas las heces del corazón y todo lo enturbian y lo envenenan.
Parece siempre horrenda la culpa si aún brilla a su lado la virtud.
Te he llamado vil y cobarde; eres otra cosa peor todavía: ¡eres envidioso!
Todo el que manda es tirano a los ojos de todos los que quisieran mandar. Regla general: en el poder se invoca siempre el orden; en la oposición se invoca siempre la libertad.
Más sabio es el que sabe una sola verdad, que el que sabe un millón de mentiras.
Serénate, Alicia, y considera que, a serlo más, te creerías menos culpada. Parece siempre horrenda la culpa si aun brilla a su lado la virtud.
Los malvados se burlan en público de los hombres de bien, y en secreto los respetan y envidian.
¿Ignoras acaso que el primer amor de un ser desdichado es un amorinmenso?
Con el dinero se puede fundar una casa espléndida, pero no una familia dichosa.
Para defender a un inocente nunca falta elocuencia a un hombre de bien.
Dios perdona al que se arrepiente; el mundo, al que persevera en el mal.
La piedra filosofal, buscada en vano por los alquimistas, ha sido al fin hallada por los tramposos; la piedra filosofal es el dinero ajeno.
¡Ay del hombre que cause envidia y no logre al mismo tiempo causar temor!
Herir con un mismo golpe al inocente y al culpado, obra es de la demencia o la barbarie.
¡Oh! La cólera de un tonto sin duda es cosa funesta.
El que no encuentra alegría dentro de su propia casa, ¿dónde la irá a buscar?
Sólo cree saber bastante el que no sabe nada.
¡Ay, papá! Las cosas del mundo parecen cosas del infierno.
La hipocresía y la culpa son hermanas gemelas.
¡Miserable humanidad! Vuélvese en ti manantial de crímenes la noble empresa acometida sin esfuerzo bastante para llevarla a cabo.
Para tener honor no hay más remedio que deshonrarse con un crimen.
Engendra ruindades la emulación; mas por ella vence el hombre imposibles.
El templo de la gloria es tan grande que no se ha llenado todavía ni se llenará jamás.
Los malos parecen siempre muchos por el ruido que hacen.
Para vivir en sociedad no hay más remedio que someterse a la ley de las mayorías, aunque éstas se compongan de tontos o malvados, como puede muy bien suceder.
Pero repare usted en esos que hacen profesión de matones, y verá que para llegar a ser buenos duelistas han empezado por ser grandísimos tunos, y que si buscan el honor provocando a la gente y dando o recibiendo estocadas, es porque de otro modo no lo pueden hallar.
Malicioso me llaman porque no me dejo engañar.
No está en lo posible calcular los males que se originan de una sola palabra si llega a ponerse de moda con torcida significación.