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Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
Manuel Belgrano
Su único fin debe ser por un avenimiento... o veremos transformarse el país en puros salvajes... (desgraciadamente esta premonición de Belgrano fue desoida y efectivamente Argentina quedó sumergida durante décadas en una terrible guerra civil).
Los hombres no entran en razón mientras no padecen.
Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizando su felicidad y holgando su industria.
Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen.
Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?
Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél.
Mucho me falta para ser un verdadero padre de La Patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos.
Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por La Patria.
Soy muy amante de que todas las ciencias se sepan por principios y nadie pueda tener conocimiento de aquellas sin estar instruidos en éstos.
No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor.
Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias. Ay Patria mía.
Esta paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte.
Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
La vida no es nada si la libertad se pierde.
El estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y por venir.
El mejor medio de socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirlas y atenderlas en su origen, y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que se busque su subsistencia.
Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención.
Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud.
En mis principios no entra causar males sino cortarlos.
Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos. El bien público está en todos los instantes ante mi vida.
Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.
¡Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas!
A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
El miedo sólo sirve para perderlo todo.
Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.
El interés es el único móvil del corazón del hombre y bien manejado puede proporcionar infinitas utilidades.
Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.
El hombre, por su naturaleza, aspira a lo mejor.
Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquéllos.
Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.
Antes que ser un Padre de la Patria prefiero ser un buen hijo de La Patria.
Bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán jamás cabida.
Sirvo a La Patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro.
Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica.