Imágenes
Los almendros no han florecido del todo. Sonríe para que sigan floreciendo entre las mariposas de tus hoyuelos.
Mahmud Darwish
Día a día, la infancia crece en mí y deseo vivir porque si muero, sentiré vergüenza de las lágrimas de mi madre.
Recuerdo a Sayyab... la poesía nace en Iraq: sé iraquí, amigo, si quieres ser poeta.
La poesía debería ser un himno a la gloria de la vida, debería luchar contra lo feo con la belleza, y contra la guerra a través de la paz.
Y tenemos el presente y el futuro, aquí tenemos esta vida y la otra. Marchaos de nuestra tierra, de nuestro suelo, de nuestro mar, de nuestro trigo, de nuestra sal, de nuestras heridas, de todo... marchaos. De los recuerdos de la memoria, pasajeros entre palabras fugaces.
Tengo la sabiduría del condenado a muerte: No tengo cosas que me posean.
Me encontré con Helena un martes, a las tres, la hora del interminable hastío. Pero escuchar la lluvia con una mujer como Helena es un himno al viaje.
Me callo, grito. No hay un momento para gritar o para callar. Tú eres mi único grito. Tú eres mi único silencio.
¡Ay, corazón, cómo has mentido a un caballo que no se cansa de los vientos! Ve despacio para que completemos este último abrazo y nos prosternemos. Ve despacio... despacio, para que sepa si eres mi corazón o su voz cuando ella grita: tómame.
Te amo. Eres el preludio y el epílogo de mi alma.
El viento gira en torno nuestro, gira, ¿qué dices? Digo: Andaré este largo camino hasta mi final... hasta el final.
Quiero dibujar tu forma para encontrar mi forma en ti.
Me preparo para gritar al borde de la verdad como el volcán se prepara para la erupción.
Cuando el sueño la abrazó, yo robé mi mano, cubrí sus sueños, vi la miel ocultarse tras sus párpados, recé por dos piernas milagrosas, me incliné sobre los latidos de su corazón, vi trigo sobre mármol y sueño. Una gota de mi sangre lloró, temblé... El jardín duerme en mi lecho.
Con siete almohadas rellenas de nubes ligeras, la espero.
Quiero que mi poesía se acerque a la música, algo que todos pueden entender. Y que mi país sea libre. Entonces podré decir cosas buenas de Israel. Entonces podré elegir el exilio, si quiero. Deseo que mi país tenga una vida normal. No quiero ni héroes ni víctimas.
Creo que no hay una ruptura entre el pasado y el presente, que se pueden hallar las mismas semillas a lo largo de mi obra. Pero ahora me esfuerzo más en la estética, no sólo en reflejar la realidad. Intento humanizar nuestra causa. Los palestinos son seres humanos que ríen, viven, e incluso tienen una muerte normal. No sólo los matan.
Sé digno del olor del pan. Sabe estar con las flores de las cunetas, pues el horno de tu madre aún arde.
Es difícil que recuerde mi cara en los espejos. Sé mi memoria y veré lo que he perdido.
La poesía es experiencia y exilio: hermanos gemelos. Y nosotros sólo soñábamos con una vida semejante a la vida y con morir a nuestra manera.
Tenemos derecho a aspirar el perfume de este otoño y pedirle a la noche un sueño. ¿Puede enfermar un sueño como los soñadores? Otoño, otoño. ¿Puede nacer un pueblo sobre una guillotina? Tenemos derecho a morir como queramos, para que la tierra pueda ocultarse en una espiga.
Partamos tal como somos: una amante libre y su poeta.
Las nuevas tecnologías y los medios de comunicación han orillado a la poesía. Ya no ocupa el lugar que ocupaba antes en el mundo.
Me ruboriza decirlo, pero soy el poeta más famoso en el mundo árabe, tengo nuevos lectores, muchos son muy jóvenes, y compran mis libros. Todavía pertenezco al futuro, que está en las nuevas generaciones.
En nuestros cuerpos, un cielo abraza a una tierra, y toda tú eres tu noche... una noche que resplandece como la tinta de los astros.
Piedra preciosa en su noche sangrienta, nuestra patria resplandece a lo lejos e ilumina su entorno... pero nosotros en ella nos ahogamos sin cesar.
Mi canto necesita respirar: la poesía no es poesía ni la prosa es prosa. He soñado que eres la última palabra que me ha dicho Dios cuando os he visto en sueños, y se hizo el Verbo.
Hoy es mejor que mañana pero los muertos son los que se renovarán y nacerán cada día y cuando intenten dormir, los conducirá la matanza de su letargo hacia un sueño sin sueños.
El ritmo es lo más importante para cualquier poeta. Escribir poesía sin conocer el ritmo es igual que escribir música sin saber solfeo.
La poesía te hace sentirte libre, te conduce a otro sitio. Tal vez es una ilusión, pero es esencial.
Al partir, las mariposas guían nuestras almas.
Para nuestra patria, pobre cual ala de perdiz, libros sagrados... y una herida en la identidad.
El exilio es parte de mí. Cuando vivo en el exilio llevo mi tierra conmigo. Cuando vivo en mi tierra, siento el exilio conmigo. La ocupación es el exilio. La ausencia de justicia es el exilio. Permanecer horas en un control militar es el exilio. Saber que el futuro no será mejor que el presente es el exilio. El porvenir es siempre peor para nosotros. Eso es el exilio.
No me gusta escribir poemas unívocos, deben tener muchas interpretaciones.
Andaré este largo camino, este camino tan largo, hasta el final, hasta el final del corazón, andaré este camino largo, largo, largo...
He envejecido. Devuélveme las estrellas de la infancia para que pueda emprender con los pájaros pequeños, el camino de regreso al nido donde tú aguardas.