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Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.
Mahatma Gandhi
Si un hombre no está dispuesto, por propia y libre voluntad, a ser la última de las criaturas, no hay salvación para él.
Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.
Mi lucha no es simplemente política. Es religiosa también y, por lo tanto, completamente pura. No importa mucho si uno, en ella, muere o vive. Espero que tú también opinarás de la misma manera y que no te sentirás desgraciada.
Mi vida es mi mensaje.
La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.
Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.
La verdad es un absoluto. La verdad es Dios. Antes, decía yo: Dios es la verdad. Pero ocurre que hay hombres que niegan a Dios. Ocurre que su pasión por la verdad los lleva a negar a Dios y, a su modo, tienen razón. Por eso digo ahora: la verdad es Dios. Nadie, en efecto, puede decir la verdad no existe sin quitar a su decir toda verdad. Por eso prefiero decir: la verdad es Dios.
La no violencia ha de ser la única bandera de combate entre los ejércitos humanos. Ella prevalecerá.
Traicionaría el satyagraha si permitiese que en su nombre se cometieran violencias. Nuestra acción, por el momento, debe consistir solamente en ayudar de todas las maneras posibles a las autoridades a restablecer la legalidad. Debemos predicar la verdad y la no violencia, el amor por los seres, antes de lanzar un nuevo satyagraha.
Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre.
La muerte no es más que un sueño y un olvido.
Yo no busco la redención de las consecuencias de mi pecado. Yo quiero ser redimido del pecado en sí, o mejor dicho, incluso del pensamiento mismo del pecado. Hasta que alcance ese fin, me sentiré satisfecho de sentirme angustiado.
La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que ellos tratan a sus animales. Yo siento que el progreso espiritual requiere que en algún momento dejemos de matar a nuestras criaturas hermanas para la satisfacción de nuestros deseos corporales.
Imagino que sé lo que significa vivir y morir como no violento. Pero me falta demostrarlo mediante un acto perfecto.
El pueblo ha cometido un error al pensar que todo cuanto implica no matar era no violencia. A veces, matar es la parte más pura de la violencia, porque si se mata al que hace daño abiertamente, se acaba el daño que éste hacía. Pero hostigar es mucho peor. No suprime el daño; por el contrario, lo atrae sobre nuestras cabezas.
El conocimiento profundo de las religiones permite derribar las barreras que las separan.
Ruego constantemente a Dios para que nazca sobre esta tierra algún gran espíritu, hombre o mujer, encendido en la piedad divina, capaz de librarnos de nuestros horrendos pecados contra los animales, salvar las vidas de criaturas inocentes.
Debemos rendir cuenta de nuestras acciones ante Dios. Podemos engañar a nuestras familias, a nuestra aldea, a nuestra casta, pero nunca podremos engañar a Dios.
Vale más gozar con el cuerpo que gozar con el pensamiento.
Un ejército no violento y vestido de harapos, frustraría los planes de hitler. Yo no tengo necesidad de sus tanques ni aeroplanos. Él no tiene necesidad de destruir nuestros hogares. Nuestro ejército no violento lo acogería y puede ser que no se atreviera a venir.
Si hay violencia en nuestros corazones, es mejor ser violentos que ponernos el manto de la no violencia para encubrir la impotencia.
Cuando me desespero, recuerdo que a través de la historia, los caminos de la verdad y del amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen.
Satisfacer un simple corazón con un sencillo acto es mejor que miles de personas inclinándose en oración.
El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre sera demasiado pequeño para la avaricia de algunos.
Aquel que se confía a Dios deja de temer a los hombres.
La muerte es el fin señalado a toda vida.
Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior.
Se puede confiar en las promesas de la gente sobre cualquier cosa, salvo si se trata de dinero.
La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.
Si Dios deseaba que todo indio del Transvaal quedase reducido al estado de mendigo antes que obedecer una ley degradante, ¡entonces que así fuese!.
Nadie me puede herir sin mi permiso.
Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.
La felicidad consiste en poner de acuerdo tus pensamientos, tus palabras y tus hechos.
Cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo.
No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.
La victoria lograda por violencia es equivalente a una derrota, porque es momentánea.
Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear.
Parece que Dios ha sido destronado. Dejadnos reponerlo en nuestros corazones.
Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.